Usar el término "negacionista", es una canallada o una imbecilidad.
Lo siento, esta es una entrada que pretende servir sólo para enlazarla cuando sea necesario. Estoy cansado de tener que escribir tantas veces el argumento, y resulta más cómodo poner un enlace.
El empleo de término “negacionista”, que sólo ocurre en la discusión de los motivos del cambio climático de finales del siglo pasado, resulta o una canallada o una imbecilidad. O se emplea para relacionar a los críticos del IPCC con los filonazis que negaban el holocausto; o se emplea en el significado de su traducción literal del inglés, “el que niega algo” (Wordreference –>; en RAE no existe –>).
En el primer caso se trata de una canallada, porque a la ofensa gratuita se une el intento de acabar con la discusión antes de que empiece, acoquinando al discrepante.
En el segundo caso la imbecilidad no podría ser mayor, puesto que en toda discusión ambas partes niegan algo (y afirman algo), sólo que intercambian las proposiciones. Y así, “negacionista” no quiere decir nada en el contexto de una discusión, puesto que ambos bandos lo son. Inevitablemente.
Hay una tercera posibilidad. Que por “negacionista” quieran referirse a quien niega la evidencia. Pero eso sí que resultaría una verdadera extravagancia por parte de los alarmistas del IPCC, puesto que llevamos 1.000 años de lengua española sin necesitar un palabro así, cuando es evidente que no tenemos el menor problema para adjetivar al que niega lo evidente: terco, necio, obtuso, imbécil, etc. Así que es posible que estén intentando encalomar un matiz de tapadillo, sin necesidad de sustanciarlo: una imaginaria intencionalidad política (por lo de “ista”). Si se trata de abusar de la razón, cambiando de significado a las palabras por la puerta de atrás, podrían consultar a los etarras; son verdaderos maestros.
Cuando una joven ciencia hace proposiciones extraordinarias, sin pruebas extraordinarias (ni ordinarias tampoco), y para defenderse necesita inventar términos extraordinarios, es indudable que pasa algo extraordinario.
Por cierto, en español existe un término para referirse al que niega. No se usa mucho, pero es “negador” [–>]. Aunque entiendo que los cafres del IPCC no lo usen. Resulta mucho menos sonoro y acongojante que “negacionista”. Lo mismo que pasaría con cualquiera de los muchos términos naturales para referirse a los que discuten una tesis: escépticos, críticos, contrarios, rebeldes, disidentes, etc.