Krugman y la tendera. Me lo expliquen, plis.
Hay cosas que suenan a magia, o a cuento chino. Sin entender nada, a mi Krugman me despierta todas las alarmas anti cuento.
Es mi obsesión estos días en que la crisis está especialmente aguda. Sabios eruditos proponiendo un tipo de solución, y egregios asnos proponiendo exactamente la solución contraria. La joda está en saber señalar quién son los asnos y quién los sabios. Lo que sabemos seguro es que ambos grupos no pueden ser sabios, aunque sí podrían ser asnos los dos.
Krugman, ídolo mío desde que le oigo chorradas inconmensurables sobre lo del clima, propone que el estado gaste a espuertas. Endeudándose, porque no tendría otra forma. El argumento es conocido: ese gasto produce empleo, el empleo consumo, y este tira de la economía. Y cuando no funciona, la explicación también es conocida: el gasto no ha sido suficiente.
Yo entiendo que en la URSS y en Cuba tenían algo muy parecido al pleno empleo, sin que eso las hiciera economías particularmente boyantes, ni viables. Creo que lo que fallaba es el factor consumo, porque el empleo, por muy pleno que fuera, no tenía una remuneración como para darse a consumir. Lo que, incidentalmente, nos puede dar una pista del objetivo de toda esa cantidad de elegantes detractores del consumismo.
Lo que me mosquea de Krugie es por qué tiene que ser el estado el que se ponga a gastar. ¿Sabe gastar mejor el estado que la tendera de la esquina? Probablemente no. La tendera, si pide un crédito, le va a tener que convencer al prestamista. “Convencerle” quiere decir hacerle ver que el dinero está destinado a producir más dinero que el préstamo, y que el plan es razonable. Y por si falla el plan, están las garantías, que son el riesgo que asume la tendera como demostración de su fe en la cosa.
Con el estado es completamente distinto. El estado sólo tiene que convencer al prestamista de que todavía tiene margen para extorsionar a sus ciudadanos, y sacarles el parné con el que pagará el crédito. Así que nadie necesita preocuparse de si esa inversión va a producir más de lo que consume, o al contrario. Pero si es al contrario, si consume más capital del que produce, esa inversión está detrayendo riqueza del sistema, en vez de creándola.
Pongamos que el estado acierta la mitad de las veces con el gasto, y la otra mitad no. Quiero decir cuando el gasto da más de lo que quita, o al revés. Sospecho que nunca lo sabremos, porque creo eso no se mide, ni nadie se preocupa por medirlo con el gasto del estado. Lo que es un motivo más para suponer que será mucho más de la mitad el gasto estatal que detrae riqueza sobre el que la produce. Si a eso le añadimos que “estado” quiere decir fulanos del orden de Zapatero, ya ni hablemos. Con estas cuentas, y muy a groso modo, concluimos que en el mejor de los casos el gasto del estado es neutro desde el punto de vista de la riqueza, y ruinoso si dejamos de soñar.
En el caso optimista lo que habría es una redistribución de capital, de todos los paganos (toda la gente) a los contratistas y empleados del gasto. Vale, estos a su vez gastan, y llega más lejos. Pero parece jodido que llegue más lejos que a todos, que es de donde viene. Así que si no hay generación neta de riqueza (capital, bienes, como se llame), no se le ve el chiste. Pero si no se mide, no se sabe; y si no se sabe, ancha es Castilla.
Y hay otro aspecto. El capital destinado a prestar al estado (del que una buena parte consumirá más recursos de los que produce), es capital no destinado a la tendera de la esquina, normalmente de saldo positivo para la riqueza general.De todo esto se deduce que Krugman parece creer que destruyendo riqueza se puede generar empleo y mejorar la economía. ¿Algún alma caritativa me lo explica?
Ahora, lo que sí estoy de acuerdo es que la postura de mi admirado Paul resulta por lo menos tan posh como la de los anti consumismo. Mola mazo.
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Fin
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