El ejemplo de Tony Abbott: avisa a los empresarios que si compran indulgencias de CO2 estarán tirando el dinero.
Hemos visto hace poco que en Australia acaban de aprobar una ley de impuestos a las emisiones de CO2. Y también que, al contario que aquí, el cuento del cambio climático provoca una gran discusión [–>]. Pero hay más diferencias. Aquí la oposición, y presumiblemente el próximo gobierno, la encabeza un memo llamado Mariano Rajoy. Allí está en la misma situación un político llamado Tont Abbott. Cuya reacción ante la aprobación por los pelos (74 -72) de esa ley es la que debe de esperarse de un político hecho y derecho en estos casos. Esta mañana ha hablado en un foro sobre impuestos, en Sydney, y ha dejado las cosas bien claras:
La primera medida del próximo gobierno va a ser preparar la legislación para anular ese impuesto.Perdón por la licencia. Le he llamado “indulgencias de carbono” porque no sé el término que se suele usar en español. En inglés es “carbon offsets” [–>]. Se podría decir compensaciones, pero indulgencias es mucho más claro: pagar para poder pecar. Y nos remite a la idea de que al final se trata de religión.Desmantelaremos la burocracia que ha creado. Relajaremos la presión sobre el coste de la vida y las amenazas a los puestos de trabajo.
Y damos un claro aviso a las empresas para que no compren de antemano “indulgencias de carbono” en previsión de un régimen fiscal que se va a derogar. [–>]
Decía que el ejemplo. Por Marianico, cómo no. Por supuesto que en Australia el muy desacreditado gobierno laborista / verde ha montado en cólera, y lo más fino que le ha llamado a Abbott es irresponsable. -¿Y qué, Mariano?- Nada; no sabe, no contesta.