Una potente luz en la distancia para Europa, pero no desde el BCE (II)
Sefuela
Como otras muchas veces, los mercados han acogido con frialdad lo verdaderamente clave (las noticias sobre el fondo de rescate de este fin de semana) y con entusiasmo lo accesorio (la coordinación de los bancos centrales). Vuelven a demostrar su tendencia a reaccionar al titular, y no al contenido de las noticias.Es difícilmente discutible que los problemas de la deuda soberana y la economía española no se arreglarán si no se arreglan los del sistema financiero, y viceversa http://www.cotizalia.com/opinion/informacion-privilegiada/2011/11/29/el-bce-es-un-hedge-fund-hiperapalancado-en-deuda-soberana-6349/ y que ya se está creando un gravísimo problema para la propia solvencia del BCE. El banco central europeo acumula una inversión de casi 200.000 millones de euros en deuda soberana que cada vez vale menos. Si no encontramos pronto una solución, el nivel de títulos de deuda pública que acumula podrían hacerle quebrar incluso a él.
Hace falta imaginación para solucionar la crisis, y también muchos conocimientos. Frente a ideas espúreas , aunque no dudo que bienintencionadas, como la de la emisión de euromortadelos (o cortycoles como dicen algunos), hay quien hace propuestas radicales (como J.Jacks) dignas de detenido estudio que dejo para otro día por su complejidad. También hay quien lleva tiempo proponiendo soluciones de éxito probado en circunstancias similares (crisis latinoamericana) y que tiene toda la pinta de ser lo que al final van a aplicar a Grecia http://online.wsj.com/article/SB10001424052702304314404576411611763119224.html .
Los mundialmente conocidos como Brady bonds, en honor a su creador, quien fue secretario del Tesoro de EEUU, se utilizaron ampliamente en Latinoamérica en los años 80. Consiguieron que los países fueran financiados a un tipo de interés pagable y permitieron a muchos de ellos salir de una crisis cuando nadie estaba dispuesto a financiarles. Simplificando, consisten en títulos de deuda pública que están parcialmente garantizados por algo de indudable valor. Ese algo puede ser la isla de Mikonos en Grecia (se ha hablado de este tipo de posibilidad) o bien otro bono de un país solvente (EEUU en su momento). Si se llega a devolver el dinero, la isla sigue siendo del que ha devuelto su deuda. En caso contrario, pasa a ser propiedad del que prestó el dinero
El truco aquí está en que sólo se garantiza una parte del título emitido para financiarse. Es decir, se garantiza que se devolverá, al menos, una parte del dinero. Vendría a ser algo así como pedir una hipoteca al banco y dejarle en la cuenta el dinero para pagar los intereses correspondientes a los dos primeros años. La casa serviría como garantía de que el banco recuperará el dinero prestado, aunque sea al final de los 22 años del periodo previsto para ello. Y eso ocurrirá incluso en condiciones de mercado desfavorables. Si no cumplimos con nuestro compromiso de pagar intereses al cabo de dos años, y el precio del inmueble se ha caído a la mitad, el banco se quedará con el piso. Lo venderá, e invertirá el dinero obtenido a un tipo de interés que vamos a suponer sea del 4%. El dinero obtenido bastará para recuperar el total de la inversión, aunque sea al cabo de 20 años. Una vez que hemos pagado los intereses de los dos primeros años, con dinero generado por nuestros ingresos, el dinero depositado en el banco sirve para garantizar el pago de los dos siguientes años de intereses, etc. Está claro que el banco tendrá menos problema en prestarnos así el dinero, que si se lo pedimos con la única garantía de que tenemos previsto obtener ingresos provenientes de nuestro trabajo que servirán para pagarle. Llevado a nivel de los Estados estaríamos hablando de garantizar la devolución únicamente en base a ingresos por impuestos o aportar una garantía adicional. La famosa quita de la deuda griega (que los griegos están negociando de nuevo, intentando que alcance el 75%) se realizará mediante algo muy similar a esto.
Si aplicásemos la misma filosofía de garantía parcial a los bonos de los Estados, conseguiríamos multiplicar el poder del famoso fondo de rescate europeo. La última cifra que se baraja habla de 750.000 millones de euros, que daría para garantizar entre el 20 y el 30% de la deuda europea. Si tenemos en cuenta que no siempre será necesario garantizar a la vez toda la deuda, podríamos contar con garantías para alrededor del 50% del total de la deuda que necesite ser garantizada. El famoso bazooka se puede conseguir con menos dinero de lo estimado.
Contamos ya con la capacidad para garantizar la solvencia de los países de Europa. Tan sólo falta concretar los detalles mediante una adecuada instrumentación. Una vez hecho esto, dejará de peligrar la solidez de la banca europea. Y es, a partir de entonces, cuando nuevos préstamos a la banca podrían, por fin, traducirse en el tan necesitado crédito a familias y empresas. Claro que, para que esto pase, es también necesario que Doña Adolfa (¿o era Doña Angela?) deje de jugar a las tres en raya con un mechero en una mano y cartuchos de dinamita en la otra.
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