¿Los cafres pueden ser "demócratas"? Lara, Garzón, El País, y otros prodigios.

Hay un tío que se llama Cayo, como Julio César, y se apellida Lara, como la de doctor Zhivago. Y debe ser alguien relevante en la izquierda, porque en la SER lo entrevistaron ayer como si lo fuera. A cuenta de Prevaricarzón Campeador. Veo que se trata de un parlamentario, y capo de IU, que sustituye a aquel otro cafre de Llamazares.

El caso Garzón sigue siendo ejemplar. Como el caso GAL. Pone a cada cual en su sitio. A menudo, siempre el mismo sitio, como ocurre con El País / La SER. El sitio de los bestias, donde se junta toda la recua. Y este tal Lara, en su simplicidad, lo resume perfectamente:

"Yo creo que mucha gente de nosotros vamos a tener muchas dificultades de explicarles a nuestros hijos que los buenos fueron condenados y que los malos no se han sentado en el banquillo. Por eso decía que es un día triste para la justicia española, para los demócratas y para el estado de derecho." [-->]

Los niños son cafres (incivilizados) pequeñitos. Por eso los relatos que se les destinan, llamados cuentos, están llenos de “buenos” y “malos”. El incivilizado solo concibe el mundo en esos términos. Solo puede clasificar lo existente en función del efecto que tenga para él. Bueno es lo agradable y lo conveniente (para él o los suyos); y malo lo contrario. Y la idiosincrasia del cafre es tan simple como una raya que separa a los “buenos” de los “malos”. Por ejemplo, la virtud consiste en ser de los buenos, y la culpabilidad en ser de los malos.

Por eso los niños son inevitablemente cafres. Demasiado simples. Pero con un poco de suerte solo son cafres provisionales. Con esfuerzo y educación se puede hacer de ellos seres civilizados. Que no es otra cosa que incrustar en sus cerebros una perspectiva diferente de la “natural”. La perspectiva del todos. Cada cafre, visto desde sí mismo, es “bueno” por definición (bueno es lo que me gusta y lo que me conviene). Con el cuento de buenos y malos a lo único que se llega es a una confrontación eterna, que solo se resuelve por la victoria del más fuerte. Exactamente la ley de la selva esa que los “progres” dicen que quieren evitar. Y civilizar al niño / cafre es hacerle entender que el mundo no se debe de dividir en buenos y malos, porque todos se creen “buenos”, sino entre los que respetan unas formas, unas normas, y los que no. Civilización es cuando no importa una mierda si uno es de los buenos o de los malos, sino si uno se comporta o no se comporta. A veces, también se llama buena educación, o, en inglés, good manners.

Y por supuesto que ni la justicia, ni ser demócrata, ni el estado de derecho, que cita Lara, tienen nada que ver con lo que eres (bueno, malo), sino con lo que haces. Pero es relativamente fácil, porque los tres asuntos necesitan, antes que cumplir sus propias normas, cumplir con las normas universales de la civilización, que están incluidas en las suyas.

Civilización, en definitiva, es a donde nunca vamos a llegar con Cayo Lara, con Baltasar Garzón, o con El País. Un buen ejemplo es el GAL. Si lo miras desde el punto de vista del cuento de buenos y malos, lo hicieron los buenos, y lo perdonas. Si lo miras desde el punto de vista de la civilización, no se puede asesinar, y lo condenas. O el caso Garzón. Es uno de los buenos, sin la menor de las dudas. Pero se ha fumado un puro con el derecho de defensa, y debe ser condenado. Y así con todo; la ETA y lo que usted, quiera.

Este fulano, Cayo Lara, no debería de tener ningún problema para explicárselo a sus hijos … si alguien le hubiera civilizado a él en su momento. Pero como no es el caso, al menos que nos sirva como ejemplo de la barbarie que debemos erradicar. Si queremos llegar a civilizados algún día.

El orden de las sábanas sí altera al producto.

Me gusta Twitter 😉

–

__/__/__/__/__/__/__/__/__/__/__/__/__/__/

–