Del mar y de los peces
Sefuela
Ayer bromeaba llamando mar a eso cuya costa se llena de madrileños en vacaciones. Realmente me encanta el mar, aunque lo visite poco y me maree en los barcos (biodramina al canto y todo resuelto). Especialmente en una de sus facetas, que es ver en su hábitat a su pobladores. Me refiero al buceo. Procuro hacerlo una vez al año.He tenido el privilegio de bucear en algunos de los mejores sitios del mundo para hacerlo: Mar Rojo, Cozumel (la segunda barrera de coral del mundo tras Australia), Barbados, Dominica, Martinica, St. Martin, Cuba, República Dominicana… Son espectaculares, y tremendamente más baratos y cómodos que bucear en España.
Es un deporte que entraña ciertos peligros, pero con un riesgo controlado, y una preparación (esa sí es conveniente hacerla en España) que equivale a enseñarte a pilotar en hilo, nieve, con tornados, sobre desierto y cursos de mecánica avanzada para darte el carnet de conducir. Pueden ocurrirte muchas cosas y te enseñan a reaccionar ante todas. Sólo hay tres reglas de oro: Nunca bucear sólo, respetar escrupulosamente los tiempos y profundidades previstos (la planificación del buceo), y mantener la cabeza fría ante cualquier imprevisto. También es conveniente informarse de la flora y fauna del lugar. Saber si hay corales de fuego (cuyo contacto es extremadamente doloroso como puedo atestiguar, y cuya señal y efectos dura meses), conocer como hay que comportarse ante la cercanía de morenas, o saber que rozar al pez escorpión piedra te puede acarrear irremediablemente la muerte son precauciones necesarias.
Pero las sensaciones de las que se disfruta compensan con creces los riesgos. He tenido el privilegio de hacer snorkel con delfines . Desgraciadamente los vimos volviendo de la segunda inmersión del día y habíamos llegado al límite seguro de inmersión con botella, por lo que no la pudimos utilizar. Es increíble cómo juegan con los humanos, y se acercan hasta que les puedes casi rozar con la punta de los dedos, para alejarse inmediatamente. Además, entre los buzos hay adoración por este animal, que ha salvado a numerosos buceadores de ataques de tiburones. He visto morenas gigantes, mantas diablo, peces escorpión (lionfish) y escorpión piedra. Estos últimos sólo los puedes detectar cuando están nadando de una piedra a otra. Su camuflaje es tan perfecto, que cuesta verlos si están posados aún sabiendo donde están. También barracudas, que de una en una no son peligrosas, excepto si tienes una herida. Atacan a lo que desprende sangre viva, pero pueden pasar a tu lado sin problemas incluso si eres una mujer en plena menstruación. Distinguen el tipo de sangre.
Aclaro, la barracuda es la primera de las dos fotos que hay aquí encima. La otra es de un ex-tiburón. He buceado a través de barcos hundidos, incluso llegamos a descubrir uno no señalado en los mapas en una de las inmersiones. En cuevas, y en una pared de coral en la que había muchas decenas de metros hacia abajo, con cierta sensación de vértigo y fuertes corrientes. No es peligroso si se respetan las reglas, como ocurre casi siempre con el mar. No me enrollo más, os dejo algunas fotos para vuestro deleite. Están tomadas en inmersiones en las que yo estaba, aunque tan sólo las peores son mías. Yo no tengo una cámara submarina tan buena. Y sí, ese que aparece en una foto, soy yo. Habrá mas fotos otro día. Y mejor colocadas, que me he dado cuenta de que restricciones en la configuración de mi navegador han organizado un pequeño churro.