Argentina es culpa nuestra.
Ahora hacemos grandes aspavientos con Argentina y Repsol. ¡El colmo!, etc. Peo hay que hacer memoria. Cuando tantas empresas españolas invirtieron allí, era no era por casualidad. Estaban aprovechando un hueco, ya que no había nadie en el mundo que quisiera acercarse a Argentina, ni tener el menor trato con un país cuyo nombre es sinónimo de fracaso.
Argentina es un país con recursos por todas partes. El cuarto más rico del mundo antes de la primera guerra mundial. Sencillamente, nunca se ha adaptado al mundo de después de la revolución industrial. ¿Por qué?
Cuando Repsol y tantos otros estaban invirtiendo en Argentina, había otras empresas españolas estudiando hacer lo mismo, incluso dando los primeros pasos, que al final no entraron. Recuerdo la explicación de uno de los empresarios que se echaron para atrás. Es un país imposible, me decía. Y explicaba: Son muy inteligentes, y muy cultos, y muy preparados. El problema es que su idea de “inteligente” es ser más espabilado que lso otros, y engañarles. Así que es una sociedad donde todo el mundo se dedica a intentar aprovecharse de los demás, porque todos creen que son más “inteligentes” que nadie. Y eso nunca puede funcionar más allá de una estructura puramente agraria. Sin un mínimo poso general de confianza y de seguridad jurídica, no hay negocios. Y remataba: es exactamente el espíritu contrario de USA, donde tantos negocios nacen, y funcionan, con un simple “shaking hands”.
Así que parece que unos se dieron cuenta de dónde se metían, y otros no. Unos vieron que se trataba de un país mentalmente, espiritualmente subdesarrollado, y otros no lo vieron. Se dejaron embaucar por la reconocida labia argentina. O tal vez pensaron que alguien puede ser más listo que los argentinos, cuando es el país con más listos por metro cuadrado de la galaxia. Y no darse cuenta de los detalles relevantes suele tener costes asociados.