El nazionalismo de la armonía mística de las almas.
Feliz hallazgo de Savater, en El Correo:
Porque, vamos a ver, un proceso es una serie de pasos y un itinerario que debe llevar a conseguir algo, la ‘paz’ en el caso que nos ocupa. ¿Alguien puede aclararme a qué distancia estamos de la paz y cuánto falta para conseguirla? Y aún algo previo: ¿alguien puede aclarar quién es el que decidirá cuándo estamos ya en paz y cuál es la paz definitiva que nos conviene? Porque si la paz a que aspiramos es un cierto ordenamiento de la convivencia y no una armonía mística de las almas o la comunión de los santos, no parece hoy por hoy una meta tan lejana e inalcanzable: [-->]
Ha dado en el clavo, porque ese "la paz" que al parecer todos tenemos la obligación de buscar, según aclaran la monjita Mintegi, et al, no tiene nada que ver con unas normas razonables de convivencia. Como no asesinar; no aplaudir a los asesinos; no imponer tus majaderías a los demás mediante la violencia social; proponer soluciones universales, y no "ad hoc"; esas cosas terribles para el mundo nazionalista. Al contrario, ese "la paz" -como si solo hubiera una- es exactamente una armonía mística de las almas. Armonía. Una variedad de sonidos y pausas, bien concertada, que resulta grata a los nazionalistas. Donde la clave es concertada, y grata (para ellos). Y mística, porque es divina, y no basada en la razón.Y es que estos nazionatas, además de asesinos han salido listos. Porque acaban de inventar una sociedad -que llaman “la paz”-, y que se caracteriza por no tener conflictos, y por solucionar todo mediante el diálogo, el acuerdo y la reconciliación.
Es tan hermoso que hasta podría servir como ejercicios espirituales de concordia conyugal.
Joven familia sale de vacaciones, en coche. Sin acuerdo. Progenitor A quiere ir a la Coruña, mientras que progenitor B prefiere Gerona. Y llega Brian Currin, y encuentra el toque de armonía mística de las almas. Propone:
Hasta ahora, la consecuencia de vuestro conflicto era el forrar a leches constante del progenitor A al progenitor B. De ahí que tenga el cuerpo lleno de cardenales. Pero los conflictos hay que superarlos, y los cardenales mejor hacemos como que no hay. A cambio, la solución mística consiste en que el progenitor A prometa dejar las fostias al progenitor B, y este acepte ir a La Coruña en vez de a Girona. Siempre; todos los años.
Eso sería un matrimonio en el que impera el diálogo y la reconciliación, según el Foro social para el proceso de Paz creado por los aledaños espirituales de los asesinos.
Ah, y hablando del Foro currinesco, hoy hay otra noticia que viene al caso.
El Foro Social para el proceso de Paz organizado por la plataforma Lokarri y Bake Bidean (Haciendo Camino) presentará el lunes en rueda de prensa las conclusiones de sus trabajos iniciados a mediados de marzo. Según han confirmado a Europa Press fuentes de la organización del acto, se trata de un documento con 12 "recomendaciones" que irán dirigidas a los presos de ETA, a la propia banda terrorista y al Gobierno.
Estas mismas fuentes precisan que tan sólo se trata de unas recomendaciones y no un emplazamiento. "No decimos a nadie lo que tiene que hacer", indican al tiempo que admiten que una de las 12 conclusiones reconoce la "importancia" que tendría para el proceso de paz un "reconocimiento del daño causado" por parte de los presos etarras. También incluyen la petición de un "desarme" para ETA y una mayor implicación del Gobierno. [-->]
A huevo. Progenitor A no tiene ningún inconveniente en reconocer el daño causado Progenitor B, mayormente por culpa de la terquedad de B, siempre que en vacaciones vayan a La Coruña y no a Gerona. Pero bajo ningún concepto hay que dejar que asome la idea de que un progenitor jamás le debe de forrar a fostias al otro, y que A hizo mal. Conflicto, o no conflicto. Porque entonces podríamos situarnos mentalmente en un plano de soluciones racionales al problema. Como, por ejemplo, que alternen la vacaciones. Unos años a Gerona, y otros a La Coruña. Resultaría especialmente grave, puesto que en ese caso es posible que hasta Currin pudiera ver que esa era exactamente la solución que ya existía, y que no les gustaba a los asesinos.Lo que está haciendo Currin es un monumento a la violencia. Al asesinato político, si se puede hablar claro. Pero no es extraño. Siempre hemos sabido que el misticismo es extraordinariamente peligroso.