El PSOE está de concierto, y el PP bailando.

Solo recordar, que Mikel ha dicho mas de una vez, que el pufo vasco no viene por el sistema en si mismo (sistema que por otra parte a mi me parece retrogrado y fuera de lugar en estos momentos), si no por el calculo de los cupos. Ahi esta la ventaja de los regimenes vasco y navarro y ahi esta el pufo verdadero. Seguro que Mikel lo explicaria mucho mejor que yo.

La quintaesencia de organización política jerarquizada ha sido durante 2000 años la Iglesia Católica, que en aras de su objetivo existencial como organización política de obtener, detentar y conservar el poder, se ha caracterizado históricamente, por ser capaz de poner, simultáneamente, una vela a dios y otra al diablo, es decir de proclamar una cosa y defender, justamente, la contraria, cuando le ha convenido a sus intereses. No tiene nada de particular que este tipo de tácticas "maquiavélicas" haya sido adoptada por las organizaciones políticas que son los modernos partidos políticos que por el devenir histórico han sustituido a la Iglesia Católica en el uso y abuso del poder. Por eso asistimos a papelones de los partidos políticos españoles (con la excepción de UPyD, al que hay que reconocer su coherencia en este asunto concreto) como el descrito respecto al concierto vasco, que para cualquiera con un mínimo de inteligencia, pone en evidencia el absoluto vacío intelectual de la retórica partidista, capaz como la Iglesia antaño, de defender una cosa y su contraria, sin ruborizarse.

Debe de ser poco lo que tienen que hacer los políticos patrios cuando se dedican a chapotear la charca para ver si aparece algún que otro pez. Y ya se sabe quién pesca más en estos tiempos: aquel cuyas siglas no aparecen, de momento, asociadas a las sucesivas burbujas. De lo que se trata es de distraer al personal pero, lo curioso, es que ya no parece ser para tapar sus vergüenzas (la presunción de inocencia no opera a favor de los políticos), ahora es para autoemplearse: quien saque titulares en prensa se va manteniendo en el cargo hasta que le llegue la edad de la jubilación.

Si es que al final todas estas contradicciones tenían que salir.Y los diferentes partidos socialistas,una contradicción en sí misma(socialistas y nacionalistas a la vez) sólo pueden acabar petando.Y el timo de los conciertos,igual.Y eso que saldremos ganando todos (menos los nacionatas,claro).

El régimen agoniza; si se quiere salvar la libertad hay que iniciar un proceso de revisión constitucional, o, si no se puede, un proceso constituyente ex novo. Si esto es así, acabemos con anacronismos que significan privilegios, frenemos las tendencias al privilegio de los que quieren colarse por el agujero negro del anacronismo vasco y copiarlo y hagamos una democracia de verdad, que puede ser descentralizada, pero con controles y bien definida desde el primer momento, sin pasteleos con los nacionalismos y con un Estado que pueda gobernar el conjunto del país sin taifas extemporáneas. Creo que esta es la última lección que nos queda por aprender en España, si no queremos comenzar el baile de caos, golpes y contragolpes del siglo XIX. Todavía nos falta hacernos dignos de la modernidad y resolver de una vez el problema de la cohesión del conjunto de España sin cesiones a los caciques, que ya estamos viendo a dónde conducen. Las cesiones del régimen del 78 han conducido al fracaso de la cohesión y a un desbarajuste sin salida.

Sobre la payasada catalana publica hoy un buen artículo Carlos Herrera en "ABC": MONSERGA CATALANA Artículo de Carlos Herrera en “ABC” del 14-6-13 Todo es posible en esa mediocre Cataluña preñada de oportunistas y vocingleros baratos SER catalán es estupendo, pero trabajosísimo. Has de pasar el día sorteando obstáculos: los propios de la vida cotidiana y los que te ofrece el inquieto sino de la catalanidad. Qué somos, de dónde venimos, adónde vamos. El nacionalismo omnipresente ha ido diseñando día a día el perfil del catalán correcto, el decálogo ineludible de todo buen ciudadano, y ha establecido, asimismo, las penalidades que supone apartarse de la verdad establecida. Así, el buen catalán debe tener un criterio unitario acerca de cuestiones históricas de dudosa interpretación y debe aprenderse al dedillo el rosario de afrentas históricas que han condicionado su devenir. Educados convenientemente en las escuelas, las nuevas generaciones de catalanes no dudan de que 1714 fue un año de rebeliones sofocadas por el poder represor español y de que el resto de años hasta nuestros días no ha sido más que una permanente afrenta en la que la perversa centralidad peninsular ha ahogado y reprimido –mediante la fuerza y la sangre– la libertad de los ciudadanos del principado. Así todos los días. Qué cansancio. Tras no pocas extravagancias políticas y sociales, tras no pocos millones de euros malgastados en chiquilladas, el inmaduro presidente de la Generalitat ha salido a los medios con el gesto contrito a manifestar una impotencia: lo de la consulta independentista no es tan urgente ni tan imprescindible. Después de consumir meses enteros de la vida política catalana hablando sólo y exclusivamente del derecho de los catalanes a transformarse en Pueblo Elegido, el inconsistente de Artur Mas ha reaparecido asegurándole a su electorado que lo principal no es votar sobre lo que no se puede ser, sino administrar de la mejor manera los bienes comunes al objeto de garantizar una vida mejor a los ciudadanos que viven bajo su amparo. Ya no es imprescindible votar a lo largo de esta legislatura. Ya no es taxativo lo que diga la mayoría, por exigua que sea. Ya no es prioritario conocer el estado de opinión de los seis o siete millones de criaturas que viven en Cataluña. Hasta los medios informativos catalanes, tan dados a la entrega ciega por la causa, se lo están pensando. Seguramente mienten todos, pero los mismos que han llenado páginas y páginas de periódicos y horas y horas de radio a pontificar sobre la tierra prometida, a asegurar que el paraíso estaba a la vuelta de la esquina, a denostar a aquellos que desconfiaban de tanta felicidad programada en virtud de la soberanía futura, están recogiendo las velas y dando a entender que la cosa no está tan clara, que no se puede establecer relación directa entre independencia y felicidad y que la libertad no suele coincidir con aquellos lugares donde se encuentran los patriotas exaltados. Mas ha aparecido vestido de esa impotencia que muestran los ilusos que se aperciben que el sol no es escalable. Lo único que ha conseguido es alimentar a sus temporales socios de ERC, esos primates ideológicos que se frotan las manos gracias a la habitual tontuna de la derecha catalana: las encuestas señalan –con toda la prevención que exige una encuesta hecha en Cataluña– que el «sorpaso» se produciría de mediar elecciones en este momento. Demasiado para las familias del poder, ese acopio de incompetentes que ha alimentado editoriales conjuntas de periódicos subvencionados y manifestaciones organizadas por ellos mismos que han acabado por condicionar al mismo poder y llevarlo a su rotundo fracaso. Todo es posible en esa mediocre Cataluña preñada de oportunistas y vocingleros baratos, repleta de publicistas de la ira y de corruptos gestores del despilfarro. Todo el esfuerzo de estos meses baldíos se queda en poco. En un «ya veremos». En un «vamos a ocuparnos de seguir comiendo». Todos aquellos a los que han linchado por mantener lo absurdo del devenir de tanta monserga deben estar perplejos. Ni siquiera ellos podían haber calculado tan repentino encogimiento.

Nunca fuí capaz de comerme nuestra C.E. Siempre ví elemnentos anti democráticos. Esa tontería de la comunidades históricas... ¿Por dónde cortamos la historia? Es más: La mayoría de nuestras comunidades relaciona territorios que historicamente no se pueden relacionar; pero en cambio sí se pueden relacionar perfectamente entre si en el conjunto de España.

Las palabras de Navarro son uno de esos excepcionales momentos mágicos de la política española. Aunque se lea en clave de venganza interna ( era un mensaje a sus coleguis: o sea que nosotros no podemos pedir pacto fiscal y los vasquitos tienen Concierto, pues os vais a joder un poco), la verdad que he disfrutado un rato. Sobretodo por ese despliegue no nacionalista de prietas las filas, defendamos la Constitución. A buenas horas mangas verdes. Parece que todo se descompone al calor de la crisis