El enterrador
Solemos llamarle Rajoy El Aguerrido, de broma. Pero tal vez habría que llamarle El Enterrador, en serio. En otro de esos sorprendentes parecidos al Bobo Solemne que le estan saliendo.
- Rato
- María San Gil
- Esperanza Aguirre
- Mayor Oreja
- Vidal Qadras
Pedro J. tiene sus cosas, y no es exactamente un tipo como para despertar entusiasmos de amistad. Pero es que a menudo lo relevante es la versión inversa. Por sus enemigos les conoceréis. De un periodista lo primero que quieres saber es si se trata de un periodista realmente, o solo es un maldito propagandista / activista de alguien. Y la manera más fácil de distinguirlo es mirando sus amigos, apoyos, etc. O es amigo de unos -lo normal-, o es amigo de todos, o casi todos. Pedro J., siempre excesivo, ha conseguido el no va más. Ser enemigo de todos. Vaya, de todos los que tienen algún poder. Y a mi me da que no hay mejor manera de definir un periodista, periodista. O mejor alabanza. Enemigo de todos.
Busca alguna persona o grupo destacado por su poder, que se pueda considerar “amigo”, “sostén”, “aliado”, etc, de Pedro J. ¿El progretariado? ¡Juas! ¿La marianidad? ¡Je, je! ¿La Casa Real? ¡Huy, huy! ¿Los separatas? Ya ves tú. ¿Los bancos? Botín, probablemente; ju, ju. Si acaso se podría señalar al IPCC y los alarmistas del clima, pero eso queda muy lejos.
Hay un artículo de ayer en Libertad Digital, de Carmelo Jordá, que no debería perderse nadie.
La conclusión, muy inevitable, es que para enterrar a los críticos, y para poder pedir que me suban el Marca.La prensa de papel va desaparecer, tal y como la conocemos. Habrá dos grandes periódicos nacionales, uno de derechas y uno de izquierdas, que vivirán en buena medida del favor del bando político de cada uno. El ideal de La Casta. Una pelea solo aparente, y un acuerdo de fondo para el latrocinio masivo. Y luego los papeluchos de los separatas, que vivirán exclusivamente del dinero público proporcionado por esos partidos. La gran cuestión va a ser si los digitales, muy diversos y combativos, van a ser negocios sostenibes sin apoyo de La Casta.
En ese sentido, tal vez lo de Pedro J. sea una buena noticia. Hace falta lo que parece un milagro. Pero también fue un milagro que sobreviviera al ataque de González y Corcuera, montara un periódico, y los echara de la poltrona. Si yo fuera El Enterrador no estaría demasiado tranquilo. Su incapacidad para el gobierno no le permite presentar nada positivo en el balance. Y así, tampoco hace falta un empujón tan grande para mandarlo a donde se merece.
Actualización:
El Confidencial Digital describía bien la operación a principios de octubre pasado: