¿Por qué votaré el 25 de mayo?
¿POR QUÉ VOTARÉ EL 25 DE MAYO?
Luis Bouza-Brey, 22-5-14
La crisis europeaVivimos malos tiempos en Europa: aún no hemos salido de una crisis económica y financiera que afecta a los fundamentos del Estado de Bienestar; la Unión Europea es un galimatías institucional que lleva atascada varios años en el intergubernamentalismo, carente de un liderazgo que impulse la superación del atasco hacia una mayor unión; la globalización y el ascenso de nuevas potencias hacia el desarrollo y la competencia económica internacional reducen el status de los Estados europeos como vanguardia económica y actores relevantes de la política internacional; y, simultáneamente, el impulso europeista, como consecuencia de la larga duración de la crisis económica, el galimatías institucional y la crisis de liderazgo, se ve debilitado y enfrentado a la emergencia de fuerzas partidarias de recluirse en los claustros maternos nacionales, como modo de superar la crisis. En síntesis: nos encontramos en el umbral de una situación que reducirà nuestro modo de vida a escombros si no somos capaces de cambiar y dirigir el cambio hacia una mayor integración económica y política. Por eso creo que es necesario intentar dar un nuevo rumbo a la situación de la UE, impulsando un cambio político de sus instituciones. Pero desconfío de las fuerzas políticas mayoritarias tradicionales, que han vivido paralizadas en el atasco durante los últimos años, incapaces de vencer el inmovilismo, a pesar de la peligrosidad del declive derivado de su propia impotencia.
La crisis nacional
En España, también la duración de la crisis, la ausencia de liderazgo y sentido de Estado, y la parálisis de los últimos años, unidas al rebrote de nuestros demonios familiares desintegradores, están produciendo una situación de crisis de Estado irresoluble sin un cambio cultural e institucional profundo que las fuerzas políticas mayoritarias tradicionales resultan incapaces de liderar. Se hace preciso liquidar los residuos culturales y actitudinales de la desunión nacional y la destructividad antifranquista al mismo tiempo que urge reformar algunos de los elementos fundamentales del sistema político de la transición, como el régimen electoral partitocrático, y también el modelo territorial incoherente y contradictorio del Estado de las Autonomías, que por el transcurso del tiempo y la modificación de la situación histórica se han transformado en disfuncionales y catalizadores de degradación, corrupción y desintegración. Por todo ello, se hace vitalmente necesario y urgente un Pacto de Estado por la revisión constitucional, que instaure un règimen electoral democrático, que impulse la responsabilidad política de los elegidos ante los electores, e introduzca una reforma del modelo territorial que recupere la unidad del país y venza las fuerzas centrífugas y desintegradoras. Pero los dos grandes partidos nacionales, PP y PSOE, inmersos en la lucha ciega y cortoplacista por el poder, parecen incapaces de buscar ese Pacto de Estado vital y urgentemente necesario para el país. Por eso se hace necesario introducir una nueva dinámica política que modifique la situación de bloqueo existente, y para ello sólo se dispone de dos caminos: una abstención que castigue la perversión de los grandes partidos negándoles el voto, o un cambio de los votos hacia terceros partidos hasta ahora marginales. ¿Qué hacer, entonces? Parece que la alta abstención va a ser un resultado derivado de la situación de parálisis y sectarismo de los dos grandes partidos, pero, en mi opinión, conviene contrapesar esta abstención con el apoyo a nuevos partidos que sean capaces de desatascar la situación sin mandar al traste el proceso de Unión Europea ni favorecer a aquellos grupos nacionalistas que pretenden destruir la Unidad Nacional o a aquellos otros que por perseguir objetivos ucrónicos o utópicos destruirían las libertades alcanzadas hasta el momento. Y, de los nuevos partidos que reúnan estas características sólo me parecen relevantes CIUDADANOS, UPyD, y VOX. VOX es un partido que surge como reacción frente a la ausencia de un liderazgo en el PP capaz de responder a los problemas mencionados anteriormente, y, especialmente, frente a la parálisis de Rajoy y el PP ante las fuerzas destructivas del etnonacionalismo. CIUDADANOS y UPyD surgieron también como grupos de oposición a la falta de liderazgo del PSC y el PSOE de Maragall y Zapatero, para enfrentarse a la degradación de la situación política y la fuerza desintegradora del etnonacionalismo. Ambos han evolucionado de un modo diferente: Ciudadanos está intentando transformarse en un partido de ámbito nacional, superando la dimensión estrictamente catalana, para impulsar un liderazgo español frente a los problemas mencionados, a nivel nacional y europeo; UPyD, a diferencia del anterior, surgió como un partido de ámbito nacional, con objetivos análogos a CIUDADANOS, pero en su proceso de fundación se transformó en un partido autoritario, sometido a la voluntad arbitraria de Rosa Díez y Martínez Gorriarán y, por ello, carente de estructuras fiables que garanticen solvencia y coherencia democrática para impulsar el cambio, a nivel español y europeo. Nos quedan como opciones potencialmente válidas, a mi juicio, VOX y CIUDADANOS. El primero se moverá en el ámbito ideológico del conservadurismo, pero ha surgido muy recientemente, y tiene dificultades para arraigar, al menos en el corto plazo de las elecciones inmediatas. CIUDADANOS está impulsando un cambio muy interesante en su función política, promoviendo un MOVIMIENTO CIUDADANO de ámbito nacional para defender un cambio de raíz de la situación política actual, con una dinámica regeneracionista atractiva y democrática que parece transformarlo en una gran esperanza para vencer el etnonacionalismo en Cataluña e impulsar el cambio democrático en el conjunto de España. Por todo ello, yo votaré el domingo, y votaré a Ciudadanos, para que ayude a desatascar España y contribuya a desatascar Europa.