Sanchez & Madina, el drama de un sistema de selección aberrante.
Estamos de abdicaciones en España. De renovación generacional. Ahora le toca a la generación de la telebasura. Y podríamos aprovecharlo para mirar el sistema político a la vista del método y resultados en la selección de gobernantes. No tiene nada que ver con la ideología, pero probablemente sí tiene que ver con las posibilidades de sentar a un perfecto incompetente al volante.
Como es el PSOE el que ha empeado con el baile, miremos al PSOE. O sea, Sánchez & Madina. Los dos tienen muchísimo en común, y alguna diferencia de grado.
En lo común, lo que más destaca es su virginidad absoluta en cualquier puesto ejecutivo. Tanto fuera como dentro del partido; tanto fuera como dentro de la política. Son una perfecta incógnita como gestores. Y compiten por un puesto cuyo resultado más probable es acabar dirigiendo el gobierno del país. ¿No sería más sensato un sistema por el que los candidatos al máximo puesto ejecutivo vinieran de una experiencia ejecutiva previa? Por ejemplo, gente que ya hubiera demostrado cómo lo hace de alcalde, y / o de ejecutivo de una Autonomía. Un sistema en el que un Azkuna tuviera muchas posibilidades; y Anita Botella o Gallardón, ninguna. Por sus obras les conoceréis, y tal.
O como poco que hubieran sido ministros antes. Y donde la discusión no fuera si eres más o menos guapa, o el primer caso de una Ministra de Defensa embarazada de toda la galaxia, sino si el ejército ha mejorado o empeorado tras tu paso por el ministerio.
La experiencia legisltativa, o la académica, no dicen nada de la capacidad de gestión ejecutiva de un candidato. Los pensadores a menudo no son los mejores hacedores. Y viceversa. Y al final, por este procedimiento, lo que acabamos (acaban) eligiendo es al fulano con mayor capacidad demostrada de navajeo, codazos, y de trepar en el seno de una burocracia autocrática de partido. No debe de estar muy lejos de un sistema suicida.
Lo no común entre Sánchez & Madina es su calidad de apparatchiks. Madina lo es de pleno, y además hereditario. Como Pachindakari. En una carrera que empezó a los 17 años. Sánchez no parece haber estado nunca en el corazón de las tinieblas. Siempre en el borde.
Hablamos del PSOE porque está ahora en el caso. Pero cuando hablemos del PP no va a ser diferente. Yo diría que hay algo que no está muy bien pensado.