Breve video tutorial (02:38 min) para "reconciliadores" internacionales. The Railway Man.
Ayer vi The Railway Man. No puede dejar de acordarme de nuestra actual situación “post-bélica” (es una manera edulcorada de mentir). Y de los amables reconciliadores y verificadores internacionales, Madinas, y otras gentes peculiares. Y como es un ejemplo de la vida real, tal vez haya por ahí algún subni o canalla al que le sea útil visualizar que solo cabe reconciliación a partir del reconocimiento de la realidad. Llamada, víctima y verdugo. Y ni siquiera el mero reconocimiento -sin contricción- es suficiente para obrar milagros. El final de The Railway Man lo muestra bien claro. Pero al menos le da una oportunidad, y a veces ocurre.
Dicen que es necesaria la “reconciliación”. Los reconciliadores, los etarras, sus amigos, y sus futuros amigos. Y parecen hablar de una reconciliación por decreto. Ya se la pueden ir metiendo por donde les quepa. Reconciliar es algo que solo puede ocurrir entre personas, y de una en una. Lo suyo recuerda a los bautismos colectivos de moros tras la reconquista. Pero no está mal mostrarles una reconciliación de la vida real, para que -como primera medida- empiecen a contemplar la posibilidad de dejar de torcer las palabras.
Por supuesto recomiendo la película entera, y no sólo su “spoiler”. Porque lo que importa es lo que conduce al final. Básicamente, desnudar la verdad. Sin eso, nunca habrá tal final.
Yo he conocido algunos hijos de los prisioneros guerra que cayeron en Singapur. Ingleses y holandeses. Sus padres ya habían muerto - mucho después de acabada la guerra. Y los hijos podían convivir con el pasado. ¡Qué remedio! Lo que no podían es sentarse a comer en una mesa con un japonés. Precisamente porque reconciliación no casa con decreto.
Este breve video tutorial apunta cómo se evita. La explicación al completo, en The Railway Man [–>].
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=NC7kwKPA-Qw]
Siento no haber encontrado una versión en vascuence. Por si alguien tiene problemas con las lenguas “imperialistas”. Para el que no tenga manías con esos idiomas tan poco “propios”, pero le cueste entenderlo, pongo la transcripción. Y los traductores habituales en línea lo dejan más o menos bien.
J- I am sorry.
So sorry.
I don't want to live that day anymore.
I- Neither do I.
Dear Mr. Nagase, the war has been over for many years. I have suffered much.
But I know you have suffered too. And you have been most courageous and brave in working for reconciliation.
J- Sorry.
I- While I cannot forget what happened in Kanchanaburi, I assure you of my total forgiveness.
Sometime the hating has to stop.
Y la clave viene de una frase, anterior, que no sale en este corto:J- They lied to us.
No es imposible, y esta peli lo demuestra. Aunque nadie espera algo así de los muy satisfechos verdugos vascos. Pero mientras tanto, aunque cabe -más o menos- una fría y educada convivencia de vecindario , lo que no cabe es la fantasmagórica reconciliación de la que hablan sus portavoces políticos.