UPyD ha ido perdiendo todos sus "simpatizantes legitimadores". Y ayer, el más imprescindible.
El 20 de abril de 2010 presenté a Rosa Díez ante un público de empresarios en Madrid. Cité en aquella ocasión una metáfora afortunada de Savater: UPyD era la bandera roja que se caía del camión en Tiempos modernos. Chaplin la recogía para devolverla y al doblar la esquina se convertía en cabeza de manifestación. También dije que si UPyD defraudaba las expectativas «habría que echarse otra vez a la calle a esperar a que a otro camión se le cayera una bandera que pudiéramos recoger». Me temo que ya hemos llegado a ese momento. Qué lástima. Santiago González, The Long Goodbye -->
Maleni suele recordar una frase muy oportuna de Antonio Elorza, que se definía -cuando nació UPyD- como un "simpatizante legitimador" de la criatura. Y esa era, sin duda, una de las bazas clave del nuevo partido. Y un toque de distinción. Porque hay alguna diferencia entre gozar del apoyo de Savater, Elorza, Espada, Boadella, Mikel Buesa, Pedro J., Jiménez Losantos o Santiago González, a gozar del apoyo de Ana Belén o Bertín Osborne.Pero poco a poco UPyD ha conseguido ir perdiendo todos esos “simpatizantes legitimadores”. No tengo ni idea de si han conseguido alguna legitimación musical para sustituir a toda la legitimación intelectual que, tan esforzadamente, han tirado por la borda de la chalupa. Pero me parece muy significativo perder todos los apoyos dignos de mención con los que naciste, y que lo remates enfadando a Santiago González – sin llegar a contemplar la posibilidad de que tal vez te estés equivocando.
Y lo de ayer de Santiago González es la auténtica guinda del pastel. No es un apoyo cualquiera. A la coincidencia política une una amistad larguísima, fraguada en demasiados funerales y demasiado drama. Y peor, porque destaca por una ecuanimidad y tranquilidad nada frecuentes. No es alguien que acostumbre a cogerse “rebotes”, ni que se deje llevar por momentos de soberbia. Es de esas personas con las que no debes de enfadarte en ninguna circunstancia, porque puedes apostarlo todo a que no tienes razón. Bueno, en el caso de que tus característucas psicológicas te permitan la operación de imaginar que puede existir, al menos en teoría, alguna circunstancia en la que podrías no tener la razón.
No hay tantas soluciones para el enigma. La falta de inteligencia mínima queda descartada. Una patología anímica podría ser, pero 30 años de flotar con eficacia en el albañal de la política paracen hacerlo difícil. Podría haber una clave, un algo no muy confesable que sea mucho más importante que cualquier otra consideración. Y que cualquer apoyo; que cualquier razón. Porque se trataría de la razón que lo ha movido todo. En su día yo le llamé “chiringuito particular”. Y desde entonces no ha ocurrido nada que lo desmienta, al tiempo que sí ha ocurrido mucho más de lo necesario para confirmarlo. Y ayer, la guinda.
Pero el Gorri siempre tiene respuesta rápida para la crítica. Llamentablemente, “rápida” no implica “no cafre”. Saco el dato del blog de SG, que recuerda que Gorriarán le está copiando a Iñaki Anasagasti. No está mal, pasar de copiar a Savater, a copiar a Anasagasti:
Queden sus señorías enteradas: Los que criticamos a UPyD somos “Brunete mediática” (o blogorreica) pro-PP. Hay que joderse con el intelectuas.
En fin, recomendado lo de ayer: