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Los derechos de los homosexuales, ¿son libertad, o coacción?

Nunca hemos entrado aquí en lo del matrimonio homosexual. Nadie lo ha planteado. Supongo que nos pasa a todos más o menos lo mismo. Que ni nos preocupa, ni nos entusiasma. Visto desde fuera parece una necesidad un tanto extravagante. Pero si sienten esa necesidad, y les parece importante, ¿por qué no?

¡Ah, pues porque a otros les ofende mucho! Y su matrimonio queda como disminuido en su santidad, o algo.

En principio parece que se les podría contestar -¡que se jdn-! a los ofendidos. La gente se casa por sus propios motivos, no para que tú te sientas a gusto con ello. Y siempre es posible que alguna de las cosas que haces o piensas ofenda a alguien. Pero eso es la libertad: no tener que pedir permiso. Así que en nombre de la libertad acogemos matrimonio homosexual como animal de compañía.

Pero resulta que las cosas no eran tan sencillas. Y se parece un poco a lo de las lenguas vernáculas. Donde la libertad de usarlas, que más o menos a todo el mundo le parece bien, se convierte en la obligación de usarlas. Que a nadie con dos dedos de frente le puede parecer bien.

¡No seas burro, a nadie le van a obligar a ser homosexual!

No, pero. Pero le pueden prohibir manifestarse en contra. Supongo que bajo la idea de que no se puede ofender, y así. Y con una filosofía de que como a los homosexuales y a otros les parece muy natural, y lo normal, todos deben de hacer como si eso fuera lo que les parece. Y una solución así empieza a no tener nada que ver con la libertad, y a tener mucho que ver con una imposición. Lo que ha pasado con las malditas lenguas vaya.

No sé cómo va la cosa en España. Leo más noticias de fuera. Y el ejemplo que traigo es de USA, donde andan con las mismas dicusiones.

Coeur d’Alene es una población de Idaho de unos 40.000 habitantes. Y tienen un pequeño pollo con el matrimonio homosexual. En una capilla para bodas de las afueras de la ciudad, el pastor cristiano (no sé la marca) no administraba lo suyo a parejas homosexuales. ¡Coño!, normalmente no se le ocurre ni al que asó la manteca acudir a un cura para algo así. Lo mismo que yo no voy a Greenpeace para pedirles un local para una coferencia, por ejemplo sobre El cuento del Calentamiento Global Acojonante. No tiene sentido, ¿no? Pero con la iglesia hemos topado. Con la iglesia laica esta vez.

O les casa, o multa.

Y la discusión ha cambiado. Ya no se trata de si los homosexuales tienen derecho a casarse, sino si los demás tienen la obligación de participar en el asunto. Cosa que puede producir debates mas o menos infinitos, y ciertamente apasionantes. Pero ya no estamos hablando de libertad.

Supongo que subyace la idea de la no discrimación y la no ofensa. Pero veamos otro ejemplo. El aborto. Los que aceptamos una ley razonable que lo regule, somos, desde el punto de vista de los contrarios, asesinos. Y nos lo llaman, con toda tranquilidad. No se me ocurre que, por sentirme ofendido, haya que prohibir la discriminación de la que me hacen objeto. Y supongo que una iglesia que alquila aulas para conferencias (un negocio, vaya), no me la va a alquilar para una conferencia sobre las bondades de la ley del aborto. Ni tampoco me lo publicarían en la hoja parroquial, etc. Pero es que no se me pasa por la cabeza que eso me parezca mal. Disentimos, y disentir es normal. Y un grado fuerte de disenso, lleva a negar la colaboración. Completamente cotidiano. Y si te molesta que disientan, y que opinen muy mal de ti, deberías de joderte. Estando razonablemente convencido de que tu opinión es correcta, lo que opinen los demás te la debería de soplar. Siempre habrá otra capilla que opine diferente, y te atienda en el casorio.

Mucho cuidado con los que te hablan de libertad, pero van en manada y hablan de la libertad de un colectivo. Normalmente están hablando de una imposición. De la libertad de imponer. Y eso que no hemos entrado en el sistema educativo.

Nota:

Se suele ver este argumento: ¿Permitirías que un bar no atienda a los de una raza determinada? Es una falacia. Una raza no es un acto. El argumento, bien planteado sería: ¿Permitirías que un bar no sirva alcohol? ¡Pues claro! ¿Permitirías que un bar exija corbata? ¡Pues claro! ¿Permitirías un concurso de tango que especifique: pareja de baile hombre - mujer? ¡Pues claro!