Rosa Díez, la genio de la transparencia con secretos.
Una breve, sobre esa mujer que tanto me asombra por ser una excelente actriz de teatro … metida en la política desde la cuna. En la política que sea, con tal que sea Rosa. Lo de magenta es un disimular.
Si Felipe mentía con gran aplomo, y Ruby con gran convicción, lo de Rosa es entusiasmo. Por eso llega más lejos que nadie. Y por eso es -casi- el último dinosaurio vivo. Superviviente del Cretáceo tardío. ¡Coño!, como los loros.
Un ejemplo Rosa, digo magenta:
Lorito Magenta lleva meses que sólo repite y repite dos cosas:
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¡Trrrransparencia!
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¡Las forrrmas son no decir los secrrretos!
Llega Sosa Wagner y sugiere que tal vez sea conveniente contemplar la posibilidad de un acercamiento / alianza / fusión con Ciudadanos. Que viene siendo lo que piensa todo simpatizante o afiliado de UpyD sin especiales pretensiones de apparatchik. Así como cualquiera de Ciudadanos, independientemente de su cercanía al aparato. Desde Savater, hasta el último mono. Pero Rosa Díez se coge un rebote de padre y señor mío, y lanza a sus doberman a que ataquen al despistado intelectual con todos los insultos que son capaces. Y ya son capaces, ya. No vamos a repetirlos, que no conviene que los verduleros nos jodan el patio. Que se lo monten con Rahola, que para eso está.
Total, fuerzan a Sosa a abandonar el partido, y proponen … ¡conversaciones con UPyD! Con una lógica aplastante. Las opiniones de Sosa deben de ser secretas, y sustanciarse en el secreto de la cúpula del aparato. Que viene siendo como el colmo de la transparencia, en la versión de UPyD de la transparencia. Le llaman “dar voz a la gente”, pero consiste en dar a la gente sólo la voz de Rosa. En otras épocas a eso se le llamamos “callar a la gente”, pero los dinosaurios tienen su sistema propio.
Vale, conversaciones con Ciudadanos al fin. ¿Para eso tanta bronca con Sosa Wagner? ¿Para darle la razón? Pues no; no era darle la razón. Era, como todos los connoisser hemos dicho desde el minuto uno, paripé. Lástima que la gente ya se va enterando, y ni connoisser ni vainas. Nadie te cogía apuestas. Ni cinco a uno, ni nada. Todo el mundo sabía el no de Rosa. Y ni siquiera tiene gracia ya esperar a ver la disculpa que van a inventar esta vez.
- ¡Dijeron por la prensa la propuesta que iban a hacer, y eso demuestra que no son serios!
No, querida. Eso demuestra que saben de tu no, de antemano. Y aprovechan para -por lo menos- sacarte los colores. Rosa, magenta, o el que sea. A ver si crees que te van a dejar que todo sea secreto, a tu gusto, para que al final quede que es imposible, pero por un motivo que nadie entiende. O sea, como hasta ahora. O hasta ayer, más bien. Porque me temo que ya no queda nadie que no lo entienda perfectamente.
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Añadido matutino. Se ve que a Rosa le quedan sus fans. Pero también parece que son de la sección verdulería al modo de Rahola. Como se sospechaba.
Una Gloria, el partido de la “nueva forma de hacer política”. ¡Qué gentuza! Q.E.D.