Cuanto más cuento del clima, menos cuidado del medio ambiente. En números.
Siempre ha sido evidente, pero no te sueles encontrar con una medición fácil. Una de las contradicciones más grotescas de nuestro tiempo. Salvo algunas excepciones dignas de un monumento, como Jim Steel, Bjorn Lomborg, o Patrick Moore, los ecologistas han comprado el cuento del Calentamiento Global Acojonante con gran entusiasmo. Al punto de ser el grupo más activista en apoyo de la alarma sin sentido. Y sin embargo, cuanta más alarma del clima menos atención al mendio ambiente.
Es de cajon, y es inevitable. Si conviertes el gas de la vida -y el alimento de las plantas- en el problema ambiental nº 1, los problemas reales del medio ambiente bajarán posiciones en la lista de prioridades. Y si ese problema imaginario que sitúas en el nº 1 lo conviertes en una obsesión maníaca, el resto de la lista tiende directamente a desaparecer.
Lo malo es que medirlo sería un trabajo largo y complicado. A menos que aproveches la afición en USA por la estadística, y uses la cuantificación temática de los Debates Sobre el Estado de la Unión de los últimos presidentes USA. Desde la popularización del cuento del cambio climático. Y resultan unas cifras tan claras que no dejan mucho margen al comentario:
Tema | Clinton | Bush | Obama |
Calentamiento global | 4 | 2 | 11 |
Medio Ambiente | 40 | 14 | 2 |
O en dibujito:
La lista completa (clic para fuente):
El único efecto comprobado de las emisiones de CO2, hasta ahora, es un reverdecimiento del planeta. Pero el verderío odia el CO2. Son carbono-fóbicos. Así que se puede concluir que el verderío no ama en realidad lo verde, sino algo distinto … que no te dicen.
Respecto a lo que ha dicho Obama, nada como Pielke jr. señalando que está en directa contradicción con el IPCC:
https://twitter.com/RogerPielkeJr/status/557718093469089793
Tal vez no haya mejor forma de acabar hoy que con una cita [–>] de Daniel Sarewitz:
Indeed, with climate change being blamed for almost everything these days, the one phenomenon that seems to have escaped the notice of scientists, environmentalists and the media alike is that, perhaps above all, climate change is making us stupid.