Gas en Siria, II
Esta es de las secciones coger con pinzas, y curiosidades sabatinas. Es un análisis crítico de uno de las vídeos que supuestamente prueban el uso de gas sarin en Siria. Por supuesto no probarían de quién era el gas; solamente que era sarin. Es de un doctor en Farmacia, creo que inglés. Y está lleno de tecnicismos que sólo los pueden juzgar los que entienden la materia. No es para humanos. Pero también se fija en detalles más mundanos, y hay uno que me ha sorprendido.
El vídeo que analiza creo que es el segundo que salió. Había uno anterior, breve, donde se ven heridos tumbados en la calle, donde los van juntando. Y la crítica principal de ese primero, verosímil, es que los que manipulan los heridos la mitad va sin guantes. Mucho traje y mucha máscara de gas, pero sin guantes. Y el sarin entra también por contacto con la piel.
En el que traigo hoy, la crítica principal es sobre los síntomas que se ven. Que el único síntoma que mencionan y muestran es en las pupilas de los ojos, pero que eso es muy común a muchas drogas y venenos. Mientras que -dice- faltan muchos síntomas imprescindibles para diagnosticar sarin, que se deberían ver. Yo, ni idea.
De los detalles “mundanos” da unos cuantos. Se pueden leer en el enlace. La pega evidente es que una vez metidos en toboganes conspiranóicos, siempre aparecen cosas que no debieran, o que no tienen explicación. Y la contra-pega, no menos evidente, es que todas estas pruebas vienen de fulanos de Al Qaeda, no precisamente de confianza. Por ejemplo, el médico que presenta el vídeo tuvo un juicio por pertenencia al terrorismo islámico en Inglaterra. No le condenaron, pero sí quedó clara su relación muy fluida con los corta-cabezas.
Todas los vídeos, y todos los que estaban allí, son de los corta-cabeza. Y yo creo que merece la pena leer la crítica, que está muy bien minutada para ir en cada caso a lo que va señalando. Me ha parecido interesante.
Pero vamos a la que me ha parecido más llamativa. Un gordito que andaba por allí.
Aparece en el arranque del vídeo, detrás del médico que lo presenta. Creo que supone que está forzando aire en los pulmones de un herido. Pero en todas las tomas en las que aparece se le ve mucho mas interesado en la cámara que en el herido, al que nunca le hace ni puto caso. Aquí está de paisano, y pasando del herido. El de la izquierda, al fondo.
Este si lleva guantes, pero nada más.
Al cabo del tiempo ya se pone los arreos de combate. Y una mascarilla, que dicen que para el sarin no sirve. Hace falta una máscara de gas de verdad. Pero además tiene una idea un tanto tosca; parece que quiere taparse la boca, ¡pero no la nariz! Y siempre sin mirar el enfermo.
¡Coño, era verdad! Cree que la mascarilla es para tapar sólo la boca. Por ejemplo, para no tirarle mal aliento al enfermo al que sigue sin hacer maldito el caso.
No saquemos las cosas de quicio. Puede ser cierto. Puede no ser sanitario, sino un espontáneo recogido al paso por la calle. Y no vamos a criticar su buena voluntad y su riesgo. Pero queda rarísimo.
El análisis conspiranóico, que no me parece para creer sino para considerar:
- http://logophere.com/Topics2017/17-04/17_015-BLA-ShajulIslam.htm
https://twitter.com/BBCr4today/status/850393691051237376
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Añadido 12 horas después (sábado 8, 09:30). Jimmy Dore hace buen resumen de la teoría conspirativa.
Nota: Dore no es precisamente un Alt-Right, sino registrado demócrata hasta 2016 e independiente desde entonces.
https://www.youtube.com/watch?v=MnSAB4qeDug
Hay un argumento bastante terrible que también hace Dore. Según el kindergarten, Trump es un nazi, un loco peligroso que no debería tener el botón nuclear en sus manos. Bueno, pueden estar en lo cierto o puede que no. Lo que no parece que puede ser es que el mismo kindergarten esté ahora entusiasmado con un acto de guerra del mismo psicópata peligroso, ¡y contra el aliado más cercano de Rusia! No parece un gran síntoma de cordura del kindergarten.