La rauxa payasa. ¿Y si la buena estrategia ha encontrado a Rajoy?
La payasada catalana continua su escalada de tensión, con la consabida falta de reacción enfrente. Y sin reacción no puede haber tensión; lo que hay es una especie de plastilina amorfa en la que nada rebota. Todo se queda como enfangado e inmóvil entre la plastilina.
Seguramente nunca deberíamos haber llegado hasta aquí. Tan cerca de una DUI, quiero decir. No es normal, porque no hay casos conocidos en el mundo actual que no incluyan una guerra, y / o poderosos aliados externos de los separatas. Bueno, salvo algún caso británico y cómico, como Anguila.
Desde 1950 ha habido estas declaraciones unilaterales de independencia, separadas según el resultado por los colores.
Y se ve claro que para una DUI exitosa (en negro) hace falta una guerra; pero la guerra tampoco asegura el éxito. En rojo salen los fracasos. Sólo Anguila no fue con guerra, y es el caso cómico - británico. La proporción éxito / fracaso es 6/3, excluyendo Anguila. Y es muy baja, porque normalmente todos los que se lanzan a una guerra creen que la van a ganar.
Hay una posibilidad intermedia, bastante numerosa. Con siete casos es la más frecuente. La independencia fáctica sin reconocimiento internacional. En morado. Y siempre incluye a Rusia por medio, menos una excepción muy poco recomendable llamada Somalilandia.
Por resumir. La experiencia internacional parece indicar que lanzarse a una DIU sin guerra y sin Rusia es una estrategia bastante absurda. Y es algo que comprende incluso gente tan poco acusable de fría y racional como los recoge nueces. Pero la alucinación catalana juega en otra liga. La rauxa. Y por aquí llegamos a Rajoy y la estrategia plastilina. Sin reacción en el frente.
No es verosímil que se trate de una estrategia consciente. Se corresponde demasiado con el carácter del personaje. Y con su respuesta habitual a todo problema, siempre que no sea fácil y gratis resolverlo cortando alguna cabeza. De ahí la idea de que no se trata que Rajoy haya encontrado una estrategia, sino que una estrategia ha encontrado a Rajoy.
No vamos a discutir si hasta ahora otra estrategia diferente hubiera resultado mejor. No tiene sentido, porque es imposible saber lo que hubiera pasado. Y estamos donde estamos, que es lo que importa. Ya hemos llegado aquí. La cuestión es que ahora, y ante los pasos de la alucinación catalana, la estrategia plastilina parece excelente. Y mejor cuanto más plastilina. Cuanta mas rauxa tenga el cantamañanas de enfrente, cuanta más retórica rimbomante y payasa, más depresivo y ridículo les resultará perder ante alguien que no hace nada. El ridículo depende, precisamente, de la plastilina.
Para que quede claro que un payaso es un payaso, y no un genio, es imprescindible no tomárselo demasiado en serio. Hacer que se caiga con un empujoncito. Si tiras una bomba atómica parece que te ha salvado tu mayor fuerza, no su propio absurdo. No demostrarías que la idea misma era completamente idiota. No desinflas el soufflé. Pero haciendo el absoluto mínimo, la cara de idiota de la rauxa en el suelo puede ser un espectáculo que pese durante generaciones.
Puede salir bien lo de Rajoy. Es una novedad en el concierto internacional, pero es que la rauxa payasa también es una novedad. Sin guerra, sin fuerza, y sin Rusia. Con coloridas banderitas. O sea, gratis. Muy listos. Tal vez demasiado.
Carma, mi arma.
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Añadido, para los comentarios.
Viene de:
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Añadido para los coemntarios (Manu, itálicas)