Bienvenidos a Posmolandia, dinosaurios
Tal vez todavía no se han perdido todas las naves y todas las honras. Es al menos dudoso, algo que cabe. Y mientras quede la duda, mietras haya una esperanza, conviene contemplar la posibilidad de estar dispuestos a aprender de los errores.
Señores del no es legal, ¿no enseñan en las facultades de Derecho que en la cabeza humana la moral siempre está por encima de le ley? Sería acojonante, porque en Políticas si lo deben enseñar, y mira lo bien que lo ha aprendido Pablito. La ley puede tener más fuerza física que la moral. Pero a veces, no; como ayer no tenía. Y la moral siempre tiene más peso, prestigio, y partidarios, que la ley. Y siempre es siempre, como por ejemplo con la ley de la gravedad. Por ponerlo en forma breve, pero clara: La ley es una ficción que necesita porras; la moral es una ficción que ni siquiera necesita porras.
Aparte de no entender las limitaciones de la ley, lo siguiente que no entiende el dinosaurio es la moral. Para saber qué dice la moral, el dinosaurio suele mirar dentro de su propia cabeza. Y no es ahí donde vive. La moral vive en, y realmente crea, el “ambiente”. Y en Posmolandia una parte muy grande del “ambiente” es la telabasura + la Facebasura + la Tweetbasura. O sea, esto:
Luchas y revueltas, 90% a favor, cientos de heridos, y fútbol. Y ahora háblame de la ley, dinosaurio.
No hay ningún problema en no estar de acuerdo con la moral en curso. Y la del kindergarten posmo es una auténtica carcajada. Lo que no puedes es ignorar la moral que está funcionando, y mucho menos ignorar lo que hace la moral. Por ejemplo, una revolución que se carga un país … si eres tan idiota de ignorar las dinámicas que operan. Si estás combatiendo en la lucha que no es. Y el bando no es legal, con Rajoy a la cabeza, está viviendo en una película de provincias del siglo XIX. Vaya, en una película de antes de Novecento.
Bien, ahora ya somos los malos de la película internacional, sin el menor asomo de duda. El primer mandamiento, lo más sagrado de la moral posmo, es la opinión. La opiniorrea más bien. Y más en concreto la opinión de identidad. Idealmente, de identidad víctima. Y policías contra opinión de identidad víctima es pecado mortal. Primer mandamiento. Por eso donde antes nos apoyaba prácticamente todo el mundo, porque en los separatas sólo veían unos payasos peligrosos, ahora los payasos son las pobres víctimas de un régimen que debe ser algo como Turquía, o por ahí. Una posición cojonuda la nuestra, cuando en una lucha de secesión la clave es la opinión de fuera.
Vale, los payasos ya son víctimas, y nosotros somos los malos. Pero el peligro sigue siendo el peligro. Como decía Manuel Vals, y dudo que hoy se atreviera a defendernos, esta gracia se puede cargar la Unión Europea. Palabras mayores, porque eso podría ser un terremoto en la economía mundial. ¿A quién le conviene eso, aparte de a Putin?
Es posible que el partido tenga segunda parte. Ya veremos, no es seguro. Pero no habrá más partido si no jugamos el juego que se trata.
La otra perspectiva, más de largo pero que también cuenta, es mirar a dónde nos lleva la monada de los Referéndums Twitter. ¿De verdad queremos un mundo de etno-naciones, identidades, o religiones?
Que sí, que sí, que tenemos la razón. Pero las brujas también eran no-verdad, y ya ves tú.
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Añadido posterior para la discusión, porque parece que no se me entiende. Yo no quiero ni hablar, ni tener contemplaciones, ni mucho menos negociar con los separatas. Lo que quiero es derrotarles, que los etno-nacionalistas vayan desapareciendo como ideología. Estilo Quebec:
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Otro añadido posterior. Un estudio de académicos e investigadores de campo diciendo lo mismo desde otra perspectiva. Pero también realza el característico componente moral del problema.
Y más añadido, por si alguien no me cree:https://twitter.com/martinvars/status/914878016077037570