El poder curativo del euskera
Este artículo salió en El País la semana pasada. Pero no debería haber nadie en la CAV que no lo conozca:
El poder curativo del euskera
.Doctor Juan Casado Flores (Hospital del Niño Jesús; Cuidados Intensivos Pediátricos)
Recientemente he participado, como experto, en el tribunal para seleccionar a los médicos pediatras especializados en niños críticamente enfermos de los hospitales públicos del País Vasco. Me ha sorprendido el baremo que, obligatoriamente, por indicación del Gobierno vasco (oferta pública de empleo del sistema vasco de salud, resolución 1082/2006), tienen que aplicar todos los tribunales que eligen a los médicos de cualquier especialidad de esta comunidad autónoma. Por ejemplo, conocer el euskera son 16 puntos, mientras el inglés, un máximo 2 puntos, aunque paradójicamente los avances en los conocimientos médicos se publiquen casi el 100% en inglés, 0% en euskera; todas las publicaciones científicas y ponencias a congresos, un máximo 4 puntos; haber recibido todos los cursos y entrenamiento posibles, un máximo de 6 puntos; ser catedrático de universidad en la materia, 1,20 puntos. En definitiva, un médico especialista que sepa euskera (siendo deseable tener este conocimiento), pero sin ningún otro mérito, tiene muchas más posibilidades de ser elegido para ocupar una plaza fija de médico especialista que el médico con mayor experiencia y reconocimiento en su área. Desconozco si la población vasca está informada de este sistema de selección que prima conocer el euskera sobre la experiencia para operar o diagnosticar a un paciente. Esta endogamia lingüística tendrá, sin duda, repercusiones negativas sobre la salud de la totalidad de la población, porque lo que ésta precisa es ser tratada por los facultativos más capacitados y mejor entrenados, independientemente de que sepan o no euskera. No alcanzo a comprender las causas por las que los usuarios, sindicatos y las asociaciones profesionales no protestan por esta forma de selección.
–
Autodefensa:
Por nuestra parte sugerimos a los usuarios de los servicios de Osakidetza que al ser atendidos pregunten al facultativo por su nivel de conocimiento del vascuence. Y según sea la respuesta, cuanto mejor sepa vascuence, mayor esfuerzo por intentar cambiar de médico, porque cuanto mas vascuence, más probable será que ocupe ese puesto por lo que sabe de vascuence, y no por lo que sabe de medicina.
Aunque tenemos poca esperanza. Si el personal no es capaz de percatarse de que el maldito vascuence nos va a hacer más pobres a todos, difícil será que vea que también perjudica nuestra salud.