La hipótesis Dios, ¿es una, o son dos?
Perdonad un divertimento. Pero hay que aprovechar las posibilidades de que la visita de Ratzinger tenga su parte lúdica, y podamos olvidar la parte violenta y macabra de tantos de sus odiadores, y la parte aburrida de evento de masas de sus fans. Y digo lúdica para aquellos a los que el ejercicio mental se lo parezca.
Eclectikus [–>] y Alfredo Cerrecillo [–>] plantean una curiosa equiparación entre teísmo y ateísmo, por la que consideran que ambos son actos de fe, y en igual medida. Como no parece que les hayan convencido mis motivos para pensar lo contrario, le doy otro hervor a la tesis, y la presento de nuevo. A ver si hay suerte 😉 :
Aquí hay un volatín que no veo justificado. No se trata de dos hipótesis (1) Dios y (2) no-Dios, ambas igualmente no comprobables. Al contrario, se trata de una sóla hipótesis (Dios), que como cualquier hipótesis se hallará en uno de sus tres posibles estados: (1) obscena, (2) en consideración, (3) operativa.
Pongo unos ejemplos de las versiones de lo mismo en la discusión del cambio climático, para quien lo siga, por si ayuda a entenderlo.
(1) Hipótesis obscena, de fuera de la escena. Quiere decir que aunque la hipótesis ha sido planteada por alguien, y tiene sus fans, para ti no cumple las condiciones lógicas de ser siquiera tenida en cuenta. Ejemplos: Chemtrails, presencia de extraterrestres, imposición de manos, homeopatía, Dios, etc. En clima: Ciclos planetarios del sistema solar, hipótesis termostato tropical, hipótesis bolsa de agua, etc.
(2) Hipótesis en consideración. La hipótesis ha mostrado elementos de valía y puntos de debilidad, y está a la espera de que la experimentación o la comprobación de sus predicciones nos saquen de dudas. Ejemplos: La teoría del campo unificado, la teoría M, etc. En clima: Alarmismo del CO2, hipótesis solar – rayos cósmicos, variabilidad interna caótica, etc.
(3) Hipótesis operativa. Está en uso corriente, se la considera una ley de la naturaleza, y se usa en pronóstico sin dar problemas, aunque puede sufrir correcciones menores. Ley de la gravedad, mecánica cuántica, evolución. En clima: no hay.
Es indudable que en todo este proceso solo interviene lo que llamáis creer en las hipótesis en estado (1). Yo lo llamaría intuir, que es la fase lucecita en el cerebro, en la que imaginas que existen ciertas conexiones que no se conocían, y buscas el modo de probarlas. Pero de momento no hay nada más que un acto de imaginación, más o menos contagiable a otros. Si no fuera contagiable, no estaríamos ni siquiera en la fase obscena, ni tendría nombre, ni se hablaría de ello, ni nada.
En los otros estados (2 y 3), podemos discutir los elementos lógico formales para dar el salto de una fase a otra. Podemos discutir si tal o cual hipótesis los cumplen, o no del todo. Pero es un asunto racional, de juicio, no de “creencia”.
El problema de la hipótesis Dios, o mejor, la terrible claridad al respecto, es que no salta la valla de las condiciones necesarias para pasar a (2), ni aunque quieras imaginar las condiciones más laxas posibles, siempre que esas condiciones cumplan un mínimo de universalidad, que es un requisito previo. Y es indudable que no se trata de una crencia, ni el establecimiento de esas condiciones, que tienen que se operativas para cualquier hipótesis -dato lógico-, ni la observación sobre su cumplimiento -dato empírico-.
En resumen, el ateísmo no es ninguna hipótesis. De hecho es una palabra equívoca e injusta, planteada desde la filosofía del que en justa correspondencia deberíamos denominar “teísta”. Por ejemplo, los que no nos creemos el cuento de las visitas extraterrestres, no somos anti-aliens. Ni siquiera JJ Benítez nos llama así. Lo mismo que no somos anti-astrología, ni siquiera para los astrólogos. Somos normales; no somos nada. ¿O es que acaso alguno de vosotros se siente definido por el calificativo de anti-aliens o anti-astrología? El término “ateo” sólo tiene significado desde el punto de vista de los que comparten una muy concreta idea cosmológica, completamente imaginativa. No es muy válido desde el punto de vista de una exigible universalidad.
Por otra parte, esta tesis no puede de ningún modo ser ofensiva para el creyente, puesto que es exactamente lo que el creyente cree. Al menos el creyente cristiano, que es “nuestro” creyente. Dios es para él una cuestión de fe, o sea una revelación. Y por definición, una revelación no tiene nada que ver con la razón ni con la observación. Pero sería un poco absurdo pretender que el ateísmo fuera a su vez una revelación de aquél del que no tienes motivos para sospechar su existencia, ¿no?
En conclusión, y al contrario de lo que opinan Eclectikus y Alfredo Cerrecillo, aquí tenemos dos puntos de vista, nada equiparables, de los que uno está basado en la razón y en la observación, y el otro no.
¿Qué tal? ¿Funciona?
¡Dios mío!, ¿y ahora qué etiqueta le pongo a esto? ¿Pajas mentales? Al menos no se le puede culpar a Ratzinger de que no nos haya tenido entretenidos.