La payasada nacional de Cataluña, ¿residual o independiente?
Que no se me ofendan los nacionalistas catalanes. Todo nacionalismo es una payasada, intrínsecamente apoyada en folclorismo, banderitas, mitos infantiles, y fobias semipatológicas. Da lo mismo de qué nación se trate, no hay nacionalismo sin payasada. Por ejemplo, el nacionalismo que combaten los nacionalistas catalanes, su fobia particular - el nacionalismo español -, era tan payasada como el mismo nacionalismo catalán. El día de la raza, la reserva espiritual de Occidente, la copla y las castañuelas; payasadas. La díada, la lengua como identidad que se muere, la “personalidad” de un territorio; más payasadas.
Jordi Pujol, adalid de la versión catalana de la payasada, dio ayer una conferencia con el título: ¿Residuales o independientes? Cuando se rompen puentes’ [–>]. Largó muchas perlas, que te hacen envidiar lo que se chuta por las mañanas, pero la primera está en el título. Ese dilema surrealista, ¿residuales o independientes?
¿Se plantean tal dilema, por ejemplo los borgoñeses, los bávaros, los genoveses, o los californianos? ¿Acaso se consideran “residuales”? ¿Y por qué se lo va a plantear los catalanes? ¡Pues por el “fet diferencial”, caramba! Es obvio. Los borgoñones, los bávaros, los genoveses, o los californianos, se caracterizan por adolecer de cualquier grado de “fet diferencial”, son no-diferentes por definición. En cambio los catalanes son la madre de la diferencia. Sabido es que no hay nadie en el mundo entero, y probablemente en toda la galaxia, tan diferente como los catalanes. Que han ganado el concurso de raritos, vaya. Y temen perder el “fet”, porque sin él no ven el chiste.
Bien claro:
Desde Madrid, PP y PSOE quieren acabar con la política nacionalista, quieren un centralismo que no deje lugar a la diferencia, buscan la unificación total, quieren convertirnos en residualesOlvidemos lo de "desde Madrit". Corramos un estúpido velo sobre la extravagante idea de que en Madrit tienen una visión particular del conjunto, diferente de la que tienen en otras partes. Centralista y uniformadora. Chulos y majas, y bocatas de calamares para todos. Debe venir del efecto de lo que se chuta Pujol con el desayuno. Y pensemos en lo de la "unificación total" que también le preocupa mucho.
Toda la bronca de estos días sale del famoso auto por el cual, según senetencia del supremo, tres alumnos de Cataluña tienen derecho a que el castellano se use también como lengua vehicular en sus estudios. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Cataluña tiene “una identidad y personalidad propia, un proyecto de país propio, y la gente se identifica con el territorio”, de hacer caso a don Jordi en la tesis de la mencionada conferencia. O sea, una uniformidad que, aunque sea quimérica, hay que defender o construir a toda costa. Pero el uniformador Pujol protesta porque desde Madrit le quieren uniformar.
¿Oiga, y los “uniformados” dentro de Cataluña, una vez uniformados serán residuales, o qué coño serán? ¿Y ya que todo viene de la absurda guerra de las lenguas, cuál será más “residual” (sobrante, excedente, secundaria)? ¿La que hay que mantener con respiración asistida mediante leyes, multas e imposiciones, o la que no?
Payasadas. Pero al grano: ¿eso da dinero? Pues depende; a Pujol, a Javier de la Rosa, o a Prenafeta, sin dudarlo. A los pequeños accionistas de Banca Catalana, de Euroleasing, o al pueblo pagano del 3%, normalmente no.