Malas artes
A veces intento adelantarme al futuro para intentar imaginar qué va a pasar con el debate climático. Si se va a resolver antes de que los alarmistas consigan hacer demasiado daño. Y me deprimo. Porque estoy convencido que si se soluciona de la mejor manera posible, o sea, con un batacazo rápido del alarmismo y la demostración a la población en general del fiasco que era, aun así no servirá para lo que debería de servir: para aprender.
Nunca aprendemos. No hemos avanzado un ápice desde los griegos. Cada generación empieza de cero, y no habrá “Educación para la Ciudadanía” que lo corrija.
¿Y qué es lo que deberiamos aprender del fiasco climático? Formas. La importancia de las formas. Que no se puede aceptar que se exagere y se mienta, aunque uno crea que defiende una causa sagrada. Que las normas de la lógica y la razón son imprescindibles, y que los jugadores que usan malas artes en el debate público deberían ser expulsados de él. Malas artes son, por ejemplo, los alarmistas cuando mezclan los problemas de contaminación con los del CO2 y el cambio climático, que no tienen nada que ver. O cuando dicen que pueden abandonar la actitud exigida a cualquier académico en aras de promover la gran verdad. O cuando tratan de expulsar a los escépticos de un debate científico, con argumentos no científicos, como el del consenso. O con descalificaciones ad hominem, como decir que fulanito cobró, no sé cuando, por un estudio para una petrolera, en vez de discutir sus argumentos. O llamándoles “negacionistas” a los no convencidos, como si por pretender examinar los datos fueran asimilables a los que apoyan a los nazis.
No lo creo. No aprenderemos. Se verá la basura que es la histeria climática, pero en vez de fijarnos en quien emplea malas artes para no hacerle caso, caeremos de nuevo en el embrujo y las malas artes del próximo predicador de moda. La locura climática pasará, haciendo más o haciendo menos daño. Pero y luego vendrá la siguiente a sustituirla.
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Por cierto, un resumen breve y muy claro, y un punto de vista ejemplarmente sensato sobre el estado de la cuestión de la hipótesis CO2 y el cambio climático. Por el Dr. William DiPuccio. Enlace –>.