Carta a Sosa Wagner, de Miguel Zorita
Estimados Srs.,
Me gustaría presentarme, en primer lugar. Mi nombre es Miguel Zorita y he seguido con interés desde ya hace bastante tiempo a BastaYa-PataformaPro-UPyD a través de los blogs y páginas web relacionadas, pero sin participar directamente en ellos. Estuve presente en la reunión que convocó Carlos Martínez Gorriarán para sondear la formación del nuevo partido político y que se celebró en Valladolid en julio de 2007. Estuve pensando un tiempo, incluso, en afiliarme. Pero, finalmente, preferí seguir siendo sólo simpatizante y contribuir económicamente. Desde que tuve conocimiento de los problemas que había en UpyD he intentado hacerme un juicio de lo que estaba pasando y es, de esta forma, cómo llegué a leer su página asiduamente. Permítanme felicitarles por ella, en la parte concerniente al tema de UPyD.
Mi opinión sobre este tema se refleja en el correo electrónico que envié al profesor Sosa Wagner en el mes de julio pasado en respuesta a un artículo de opinión suyo publicado en la hoja web de UPyD y del que recibí, como siempre de él, amable y rápida contestación. A continuación copio el texto de mi correo y les adjunto el artículo de Francisco Sosa Wagner al que me refiero. Si lo consideran interesante pueden poner mi correo enviado al profesor Sosa en su hoja como un nuevo comentario.
Atentamente les saluda
Miguel Zorita –
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Estimado Paco,
Te escribo este email después de haber leido hace unos días tu artículo (y volverlo a releer ahora) puesto en la hoja web de UPyD, del día 12 de julio, "Disidencias en UPyD". Quiero hacerte llegar mi opinión al respecto, como votante tuyo y simpatizante, al igual que tú, de UPyD.
En las últimas dos semanas he invertido bastante tiempo intentando entender qué es lo que está ocurriendo en UPyD. El motivo ha sido, evidentemente, la marcha de Mikel Buesa del partido, persona que, como Savater, Boadella y Rosa Díez, merece mi respeto y atención.
Lamento no estar esta vez de acuerdo contigo o, por lo menos, con lo que expresas en tu artículo. Aunque, por otro lado, sería muy aburrido coincidir siempre. Uno de mis pasatiempos favoritos siempre ha sido llevar la contraria a mi padre para poder discutir, en el buen sentido de la palabra, de muchos temas.
Yo sí pienso que cómo se organiza UPyD es un tema importante, yo diría, quizás exagerando, que fundamental y que lo debe diferenciar de los partidos a los que estamos, por desgracia, acostumbrados. Precisamente porque la organización es lo que condiciona que se fomente que aparezcan y discutan los temas básicos que tú mencionas en el primer párrafo, que exista un caldo de cultivo donde eso sea posible, no sólo posible, sino que sea el objetivo principal para poder llegar a soluciones a nuestros problemas, por ejemplo en Europa, con una base racional, y no mera palabrería.
Qué mejor ejemplo puedo usar que la propia Universidad. ¿Qué ha hecho que la Universidad en España sea lo que es, a diferencia de lo que ocurre en los países punteros, como Alemanía? Sencillamente las normas que la rigen. Para fomentar realmente la excelencia, aunque venga de fuera, o bien, que triunfe lo mediocre y local envuelto en otra cosa. Lo que se debe buscar es encontrar un flujo continuo de personas extraordinarias, que no se quede en casos puntuales de políticos como los que tú mencionas en tu artículo. Al final, si eso es así, uno se acuerda de la institución en sí (llámala Oxford, Harvard o Göttingen) y no sólo de la persona. En nuestro caso habría que llegar a que UPyD sea reconocido por todos y no sólo recordado en algún libro por haber sido el partido de Rosa Díez, a la que le tengo, por cierto, también mucho respeto. Y que esa forma de trabajar sea admirada y trasladada a España en su conjunto.
En concreto, hay dos cosas importantes para lograr ese objetivo en las que creo que tienen razón los “disidentes” y que estaban en las promesas iniciales. Primero, que exista un espacio dentro de UPyD donde se pueden discutir y tratar todos los temas de importancia libremente y con nombre y apellidos, para que todos nos conozcamos y puedan destacar lo que son propuestas excelentes de las que no lo son y saber de quién provienen. Ese espacio virtual debería existir ya desde hace tiempo en la hoja web de UPyD, sin excusas. Por cierto, al principio en PlataformaPro sí existía eso y de ahí surgió en parte el programa de UPyD. Tú eres consciente, porque lo has sufrido, de la importancia de tener foros públicos donde poder expresar y discutir con otros las posiciones, de ahí el vacío al que te sometieron muchos medios de comunicación.
En segundo lugar, es reconocido por todos la necesidad de cambiar la ley electoral y pasar a permitir las listas abiertas (¡a cuánto cretino conocido he tenido que votar por estar en una lista determinada!). En el programa fundacional de UPyD, tengo entendido, ya estaba plasmado dentro de la llamada “Regeneración Democrática”. Difícil es, a mi entender, compaginar este deseo con la posibilidad de elegir entre listas cerradas para la dirección del partido en UPyD. Ningún “trepa” debe poder tener la seguridad de que por hacer la pelota lo suficiente para estar en una lista va a salir elegido finalmente. Y fomenta, la existencia de listas abiertas, que puedan salir los que tengan las ideas más brillantes y las sepan exponer con claridad al resto. La mediocridad general existente en la política española es el resultado evidente de la existencia de listas cerradas, también dentro de los partidos.
Creo, querido Paco, que las normas, en cualquier organización, están para ser respetadas por todos. Otro tema es creer que esas normas son las correctas y convenientes para llegar a lo que tú deseas: Tener propuestas de gran altura intelectual que nos permitan resolver los problemas del país y poder escoger a las personas con la formación adecuada para llevarlas a la práctica. Tampoco creo que el tener la razón en esto lleve obligatoriamente a que el resto lo vea de igual manera. Vuelvo otra vez al ejemplo de nuestra Universidad Española. Si los intereses creados y las aspiraciones elctorales de las personas son ya demasiado poderosos esto, el cambiar las normas, se vuelve casi imposible. Y ése es mi temor actual, espero que infundado, con UPyD. Te recuerdo la propuesta radical al respecto que te comenté una vez que nos encontramos en la Facultad de Derecho y que veo cada vez más necesaria en UPyD para contrarrestar esa tendencia: UPyD sólo debería presentarse a las elecciones nacionales, europeas y, como mucho, a las de ciertas autonomías y con carácter temporal (País Vasco, Cataluña, Andalucía), con un programa muy concreto, reforma de la constitución, reforma electoral, recuperación de competencias del estado, reglas claras y sencillas para el reparto de fondos entre las administraciones, descentralización física de los organismos de la administración central del estado, entre otras posibles. Como ves temas de organización y convivencia también.
Si UPyD intenta entrar en temas locales y autonómicos de otro tipo está, para mí personalmente, perdido. Esto sólo llevará a la disgregación y, si soy pesimista, a la corrupción. Porque a UPyD lo apoyamos mucha gente por esos temas centrales, pero diferiremos en otros muchos que no son los fundamentales para España.
Te pongo un ejemplo que no es, además, local: ¿Qué defiende UPyD respecto a la energía nuclear? Este es un tema muy difícil conceptualmente en el que ni yo mismo estoy seguro del camino correcto, y eso a pesar de mi formación. ¿Es un tema importante? Claramente sí. ¿Es, de verdad, un objetivo primario de UPyD plasmar cuál es la solución correcta? Creo que no debería serlo. Porque tanto en un sentido como en el otro no afecta a lo que es la cohesión entre los españoles, y esto sí que es una bomba nuclear.
Las hojas web locales de UPyD están plagadas con temas que ni por asomo se acercan a esto (piensa en el tema del aparcamiento de los Hospitales de León) y esto me desazona. Este tipo de cuestiones sí servirán para que algunas personas puedan tener un puesto de concejal o similar y, por desgracia, puede que sean los que lleguen a fijar al final el rumbo. Como en la Universidad.
Permíteme, por último, felicitarte por tu eleccion al Parlamento Europeo y desearte, también en interés propio, lo mejor allí.
Saludos
Miguel Zorita
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Enlace al artículo de Sosa Wagner: