¿Como salir del laberinto?
Post invitado de Luis Bouza-Brey (cont)
--Viene de ¿Hay razones de fondo para la crisis de UPyD?
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Después de este riquísimo debate vuelvo a plantear lo que preguntaba al principio del artículo: ¿Cómo es posible que se haya desperdiciado tal abundancia de recursos humanos e ilusiones?¿Desde qué parámetros era necesario obrar tan indecentemente? CMG dejó escrita por algún sitio una confesión íntima referente a que no podía permitir que nadie le hiciera sombra. Y Plazaeme apunta hoy en una de sus primeras aportaciones que las características psicológicas de una persona así no se pueden menospreciar. Pero CMG debería darse cuenta de que hay mucha gente valiosa que entró en UPyD no para hacerle sombra a nadie, sino para aportar ideas y esfuerzos ante una situación crítica del país. Y debería darse cuenta también de que cuando no le entra la paranoia es potente intelectualmente.
Pero es posible que un cierto rasgo psicótico sea una variable muy determinante de la situación y el comportamiento, y que por eso tenga muy difícil solución sin cambios de personal dirigente. Pero es una pena, porque muchos confiábamos mucho en la potencia intelectual y política de Carlos y Rosa. Y nos han defraudado, no psicológicamente, sino empíricamente. Es decir: o cambian, o son cambiados, o UPyD no tiene futuro.
Pero falta el segundo elemento de la situación: ¿Y Rosa qué?¿No se da cuenta de que la situación se descompone?¿O aunque se de cuenta, no puede hacer otra cosa, al menos de momento?¿O es ella la que ha configurado esta aberración? Si es así, entonces, como decía alguno de vosotros, ¿es que no se pueden desprogramar cuarenta años de pautas sectarias?
Pero permitidme que lo dude: Rosa va sintonizando con las necesidades del país, y eso tiene su mérito político e intelectual, por lo que resulta muy incongruente que mentalmente esté tan cerrada en banda como para no saberse reprogramar en asuntos organizativos. Por tanto, concluyo esta primera parte con algunos elementos analíticos: la variable psicótica puede ser muy importante, pero no parece que Rosa tenga rasgos de ese tipo, y si su rasgo predominante es la vanidad, la disonancia cognitiva de lo que está sucediendo le debe estar haciendo bastante daño a su ego. Algo tendría que hacer para recomponerlo.
Un segundo aspecto de la situación es el de la crisis de la democracia española y la necesidad de crear un tercer espacio que haga de bisagra integradora frente a los nacionalismos y de bisagra y catalizador ideológico ante el sectarismo y anquilosamiento de los dos grandes. Pero, el objetivo de ser bisagra es bastante aleatorio e imprevisible: ¿cuántos escaños hacen falta para contrarrestar el etnonacionalismo?¿catorce? ¿siete? ¿Y cuándo se alcanzarán? ¿Y podrán alcanzarse cuando se producen divisiones internas y escisiones importantes en UPyD?
El otro aspecto estructural es el de ser catalizador ideológico que modifique la agenda de los partidos y del país, haciendo entrar en ella, por ejemplo la reforma constitucional, la electoral y la del modelo de Estado. Eso se puede conseguir con elaboración teórica, pero dos o tres personas no lo podrán hacer, y además, si se hace bien, la potencialidad de UPyD como bisagra aumentaría.
Pero ¿qué sucede con este asunto estructural de espacios políticos en el sistema?¿Por qué las avalanchas de ciudadanos motivados por el interés general y la salvación de la respublica se ven desviadas por las élites que generan hacia el conflicto y la frustración? En eso puede que tenga bastante razón José Luis Rico: algo pasa aquí, porque hasta ahora ha habido dos intentos fallidos que han conducido desde el impulso Regenerador al Oligárquico y Degenerador. ¿En qué estamos fallando?¿Es inevitable pensar que el objetivo de un partido Regenerador y Democrático está condenado al freacaso? ¿Qué estrategias y tácticas articular para evitar que fracase definitivamente el segundo intento?¿O hay que abandonarlo e ir a otra cosa? ¿Hacia la creación de asociaciones especializadas en múltiples focos de atención que vayan revitalizando y movilizando el movimiento ciudadano y confluyendo hacia un partido de nuevo tipo, surgido desde la base? ¿Cómo salir del laberinto?¿Cómo romper el círculo y conseguir que Sísifo no se caiga para abajo como siempre al llegar al umbral mínimo del ascenso?
Sintetizo las ideas-fuerza planteadas hasta ahora y paso a la siguiente fase de elaboración: Situación crítica del país; estancamiento oligárquico y corrupción del sistema; dinamitado etnonacionalista del Estado; UPyD como bisagra antinacionalista e ideológicamente catalizadora y dinamizadora; crisis de UPyD.
A partir de lo anterior, si UPyD debe ser la herramienta para sacar al sistema de la descomposición, para hacerlo tiene que elaborar la alternativa al estancamiento ideológico y a la desintegración etnonacionalista, y eso exige objetivos clara y coherentemente Regeneradores y Democráticos, contrapuestos al sectarismo y al etnonacionalismo. Pero la Regeneración coherente sólo puede ser íntegramente democrática, transversal —para superar el estancamiento— y patriótica, respublicana, nacional o como se le quiera llamar a lo opuesto al etnonacionalismo.
Y aquí entramos en el otro tema de debate importante: ¿es posible la transversalidad?
En mi opinión, la transversalidad es la coherencia democrática, que exige el constante esfuerzo por la renovación ideológica en un mundo globalizado que cambia aceleradamente, y en el cual ni el fundamentalismo liberal de mercado antiestatal, ni el sectarismo socialista antiindividualista, antiliberal y estatalista, tienen ya la solución.
Hay que conseguir un nuevo equilibrio, entre individuo, mercado, Estado y mundialización, y eso exige renovación total, en la que lo único que queda a salvo son los valores originales de la búsqueda de la democracia, como la ciudadanía, la virtud respublicana, la honestidad como parámetro de la actividad política, la participación de los ciudadanos, el Derecho público y la separación de poderes como forma de limitar y controlar el poder, y la utilización de nuevas herramientas de comunicación y paricipación en un mundo global en que el Estado ya es insuficiente para garantizar la democracia, la libertad y la igualdad.
Existe otro punto de debate muy interesante y relevante que tiene relación con el etnonacionalismo, la crisis del Estado y la mundialización institucional: el equilibrio entre las diversas dimensiones socioterritoriales del poder, entre Nación, etnonacionalismo, estatalidad y supraestatalidad. Pero esto lo dejamos para otro día, si os parece, para no sobrecargarnos las sinapsis.
En fin, lo dejo aquí de nuevo para no alargarme y porque voy derivando demasiado desde lo concreto a la fundamentación abstracta.