Juan Perán continuando lo de ayer
Viene de:
¿Es necesario y posible un nuevo partido en España?
--Hola a todos:
He leído con suma atención el post de Luís Bouza-Brey que ha iniciado este interesante debate y todos los demás que le han sucedido. Debo decir en primer lugar que me admira el nivel de las ideas y de las propuestas que aquí se formulan. Realmente, desde mi punto de vista, creo que se puede afirmar que todos, de una u otra manera, han descrito perfectamente la situación, los problemas y las causas de la actual situación política en España. Lo difícil es establecer los cauces o las soluciones para esa situación.
En definitiva, y por utilizar un metáfora fácil con la que entenderlo rápida y fácilmente, 1) sabemos que estamos enfermos: el sistema no responde a las necesidades de la ciudadanía; 2) conocemos las causas de la enfermedad: los políticos y las actuales estructuras de poder articuladas en partidos políticos; y 3) sabemos que tenemos un firme deseo o propósito: recuperar la salud, la regeneración de la democracia. Y ello cuanto antes, pues de prolongarse su actual estado el enfermo puede fallecer. Hasta aquí lo tenemos todos claro. La divergencia o mejor dicho, la dificultad estriba en identificar el medicamento, la terapia o la intervención quirúrgica necesaria para recuperar la salud del organismo gravemente enfermo.
De las palabras de Luís Bouza-Brey se deduce lo ya dicho: hay enfermedad; ésta la causa el sistema actual y hay que recuperar la salud y no podemos hacerlo a través de un partido político como los existentes, porque precisamente ellos son una de las causas –no la única- que crea la enfermedad. Su conclusión rápida es al final que hay que crear otra cosa distinta que funcione de manera diferente a como lo hace un partido político. Y ¿Por qué? Pues porque entiende que es precisamente la forma de funcionar de un partido –con esas oligarquías de las que nos habla- las que producen un efecto contrario al que se persigue. Es algo así como si el partido individualmente considerado fuera en sí el instrumento –de hecho y de Derecho es el instrumento que establece la ley- sólo que en su contacto con el sistema o incluso de forma previa, en su conformación se malea y pervierte de tal forma que, de instrumento, pasa a convertirse en causa coadyuvante del mal que padece el sistema. Por eso Luís nos habla de ensayar nuevas vías de experiencia política, lógicamente para evitar lo que el pasado cercano nos ha demostrado que ocurre con formaciones que nacieron con la misma voluntad que hoy aquí proponemos –recuperar la salud- y que al poco, sólo han servido para agudizar el mal del enfermo.
Para ello, Luís nos habla de crear una “nueva cultura política” del país que, al final, influya en un cambio que genere nuevos partidos. Y la pregunta insistente que flota en el ambiente es: ¿y eso cómo se hace? Y es lógico que nos lo preguntemos todos, porque como nadie antes lo ha hecho, es una solución nunca antes probada. Nadie hasta hoy la ha puesto en práctica.
La conclusión última de Luís resumiendo muy mucho, sería que no hace falta un partido político para conseguir transformar las cosas e intervenir en el sistema. Por eso él nos habla del mecanismo de las Agrupaciones de Electores. Según Luís, con esas otras estructuras más abiertas se evitaría “la ley de hierro de la oligarquía que dinamita los intentos de regeneración en cuanto aparecen intereses competitivos y estructuras excesivamente jerarquizadas en los partidos políticos. La alternativa frente a estas patologías sería utilizar “estructuras ágiles, flexibles y polimorfas que fueran permitiendo entrar, primero en la cultura política, y posteriormente en la estructura, mediante coaliciones de redes virtuales y sociales y la herramienta de las agrupaciones de electores”.
Sin embargo, este planteamiento no es del todo novedoso y no parece tampoco a priori muy ambicioso. Es decir, es algo así como que no recuperaremos la salud plena del enfermo, pero aplicaremos ciertos remedios paliativos que nos permitirán que pueda sentirse mejor algunas temporadas. Pero la salud completa parece difícil recuperarla de forma plena y total de esa manera. Por eso, al final, como el medicamento puede paliar y ayudar pero no resolver, se hace necesaria la intervención quirúrgica, esto es: el partido político. Por eso mismo Luís nos dice: “sin embargo, el fin es el mismo. En todo caso podrían constituir las herramientas fundacionales de un futuro partido apoyado en una base consistente y una nueva vía de transformación del sistema político del país”. Es decir, al final hay que fundar un partido pues es el único instrumento para poder recuperar la salud. Volviendo a la metáfora: tomaremos la medicina para mejorar, pero al final hay que operarse.
José Carlos aboga por la misma o parecida idea. Así, parece decantarse por la idea de formar parte de “un Movimiento más amplio al que se le puede dar el nombre que se quiera, y que sin ser un partido político, sea un partido político en la práctica pero sin los lastres de los partidos políticos”.
Bien. Estamos en la misma conclusión. Necesitamos algo que se parezca a una intervención quirúrgica pero sin que sea necesario llevarla a cabo. Algo así como una medicina que consiga lo mismo que una intervención quirúrgica.
Y entonces, yo me pregunto como solemos hacer cuando nos sometemos a tratamientos médicos. ¿Por qué no tomamos primero la medicina y seguimos el tratamiento y si funciona para conseguir recuperar la salud, estupendo, pero si al final la enfermedad es tan grave no tendremos más remedio que acudir a la intervención quirúrgica? Como en la vida, tomemos la medicina que estimamos puede ayudarnos o sigamos el tratamiento que consideramos apropiado y… esperemos el resultado. Y si la salud no se recupera, sin duda, tendremos que operarnos: es decir, ir hacia la construcción de un partido.
En definitiva, si los medios hasta ahora empleados no han resultado útiles lo que debemos hacer es realizar una nueva técnica de intervención que aborde de otra manera la solución de lo que nos ocurre y nos permita recuperar la salud.
La conclusión a la que quiero llegar es que el medio para obtener el fin no vamos a poder evitarlo de ninguna manera. Le llamemos como le llamemos la salud sólo se puede recuperar tomando medicinas, siguiendo un tratamiento o finalmente practicando una intervención quirúrgica.
Por tanto, para englobar esas tres posibilidades -las llamaremos el “remedio médico”- vamos a tener que aplicarlo sí o sí. Es decir, PARA ACTUAR EN POLÍTICA SE NECESITA HACER POLÍTICA y para recuperar la salud democrática, se necesita un “remedio médico democrático”. Por tanto, primera conclusión: necesitamos ese remedio y no podemos prescindir de él por mucho que nos empeñemos y por muchos nombres diferentes o muchas ideas que tengamos.
Ahora bien, lo que ocurre es que el medicamento o remedio médico inicialmente bien formulado al poco de tomarlo en lugar de curar resulta que tiene efectos adversos y empeora la salud del enfermo.
Las causas, el medicamento (una plataforma política) es, en su formulación inicial, correcto, pero al interactuar con el organismo (el sistema político) deja de funcionar bien o, incluso, daña más aún si cabe la salud del enfermo. O también se puede dar el caso de que además el medicamento (la plataforma política) esté mal formulada ya de inicio, y por tanto, en lugar de sanar lo que nos haga sea enfermarnos más.
Sinceramente, con los dos ejemplos cercanos que hemos vivido y en concreto el último (UPyD), la fórmula del medicamento estaba equivocada desde el principio. En cambio, en el primero de ellos (C,s), la fórmula fue inicialmente correcta pero al interactuar con el sistema orgánico político, lejos de ayudar empezó a empeorar. Y eso ocurre porque como bien dice José Carlos existe la ley de hierro “según la cual la élite siempre buscará perpetuarse como tal a cualquier precio y las organizaciones pasan de ser un medio para alcanzar diversos objetivos a ser un fin en si mismas”.
Pero amigos, eso ocurre siempre y lo mismo me da que sea una Asociación o un Partido o un Club de Amigos.
Pero como muy bien dice José Carlos “no debemos quedarnos en los enunciados y debemos profundizar en los problemas y en sus soluciones”.
Se hace necesario filosofar pero al tiempo también PASAR A LA ACCIÓN. Son necesarias las aportaciones de cada uno de nosotros. Todo el mundo tiene cosas que aportar. Se debe evitar -como José Carlos dice- que un grupo controle el experimento de TODOS. No se pueden poner vallas al campo, sino que TODOS los que quieran, aporten y TODOS, participen.
Él sugiere:
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Grupos de trabajo por temas de interés.
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Identificar los problemas y valorar las posibles soluciones de forma que podamos decidir libremente y con conocimiento de causa.
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Definir objetivos y que los que los comparten se organicen en torno a ellos, todo ello con un amplio conocimiento de todos los demás.
NO podemos renunciar a la participación política por la sencilla razón de que el enfermo está muy mal y si renunciamos sabemos que morirá, y nadie quiere morir. “Necesitamos una nueva cultura política bien articulada y explicada” nos dice José Carlos. Y así es.
Por tanto tenemos que INVENTAR ALGO NUEVO Y ALGO NOVEDOSO. DISTINTO, DIFERENTE, NUNCA ANTES VISTO y eso, empieza incluso por la forma en la que lo construimos desde el principio.
Por mi parte, tengo claro que necesitamos el medicamento en este momento (una plataforma política) pero su formulación y su elaboración tiene que ser distinta al método habitual. No vamos a hacerlo igual que en la dos ocasiones anteriores porque el resultado sería al final el mismo.
Ahora, ni somos, ni queremos ser un Partido. Se ha creado un “Movimiento” (fijaros porque las palabras tienen su importancia) y ese movimiento tiene un adjetivo muy claro y definido “Democrático”. Es decir, nos hemos empezado a movilizar, a dinamizar a activar para un fin: la Democracia (la salud del enfermo). Recordad que el lenguaje no sólo describe realidades, sino que también las crea.
Y lo vamos a hacer de una forma DISTINTA EN TODO. No necesitamos sedes físicas. Vamos a utilizar al máximo las oportunidades y las capacidades de la red que hoy son casi infinitas. NO vamos a crear una estructura al uso de Presidentes, ni Portavoces, ni Secretarios Generales, ni el resto de estructuras. No las necesitamos y no las queremos.
Queremos ser un MOVIMIENTO HORIZONTAL, AMPLIO, PARTICIPATIVO, INTEGRADOR, LIBRE, IGUAL Y DEMOCRÁTICO DESDE IZQUIERDA A DERECHA Y DESDE DERECHA A IZQUIERDA (esto no es ideológico porque hasta esos conceptos debemos superar) y que nos sirva para preparar el organismo de manera apropiada de forma que luego nos permita someterle a la intervención quirúrgica que será, lo que en terminología habitual, se denomina Partido Político. Pero en eso tenemos la obligación de cambiar hasta los conceptos. ¿Por qué hablar de partido? Si me permitís la broma por qué no creamos o inventamos un Entero Político. En definitiva, ALGO COMPLETAMENTE DISTINTO.
Os animo a que entréis en la página web de MD y me digáis si en algún sitio aparece la estructura de poder de los que dirigen ese lugar. (Alguno incluso, eso nos ha criticado diciendo que no se fía si no sabe bien quién hay detrás de la iniciativa). Y es así porque lo que se ha creado es un Movimiento y lo es de TODOS los que quieran entrar y participar; hacer propuestas y sugerir soluciones. Todo el mundo puede explicar su idea y colgarla en la Intranet ya diseñada para ello. Está sometida a la vista pública y al debate. Todo el mundo puede aportar y opinar. Es libre.
Este es un primer paso pero es importante. Un cambio de mentalidad una variación en el paradigma y en el modo de actuar. De eso se trata.
La idea es que esa misma mínima estructura inicial se replique idéntica en todas aquellas unidades territoriales que se decidan (localidad, provincia, comunidad autónoma) y cada una de ellas se organice en LIBERTAD sin consignas ni imposiciones de ningún poder central. Que cada una haga política para su zona y su competencia. Que se organicen grupos de trabajo y que se empiecen a plantear soluciones a problemas concretos.
Todas las personas que integren esas estructuras mínimas –esos delegados que nosotros llamamos- deberán ser elegidos democráticamente desde el principio y deberán someterse a moción de confianza anual por parte de los asociados y posteriormente afiliados.
Debemos utilizar al máximo la capacidad de comunicación e interactuación a través de las redes de Internet y tenemos que ser capaces de conformar y aunar una mínima voluntad común en los asuntos trascendentales. Todo eso se puede hacer y se puede lograr con buena voluntad por parte de TODOS.
Se puede hacer y se puede desarrollar y se puede explicar. Pero ahora, lo que necesitamos es ser suficientes para poder empezar a que el Movimiento empiece a andar y poder de esa manera, hacer honor a su nombre. MOVIMIENTO porque es dinámico y está vivo, y DEMOCRÁTICO porque actúa de esa manera.
Y se actúa Democráticamente con:
1.- NORMAS CLARAS y SENCILLAS de obligado cumplimiento para TODOS pero especialmente para los que ostenten responsabilidades delegadas. Las reglas no se pueden quebrantar por nadie.
2.- NORMAS DE ELECCIÓN de los que asumen el poder delegado con LIBERTAD e IGUALDAD de todos los que se postulen con un sistema híbrido de lista abierta.
3.- NORMAS CLARAS Y ECUÁNIMES para la toma de DECISIONES y ACCIONES sometidas a CONTROL previo y posterior.
4.- COMUNICACIÓN plena y total de forma horizontal entre todos los Afiliados aprovechando los recursos de las nuevas tecnologías.
5.- COHERENCIA entre lo que se proclama y lo que se hace. Los afiliados jamás podrán ser de peor condición que los ciudadanos, porque antes que afiliados son ciudadanos.
6.- LIMITACIÓN TEMPORAL DE RESPONSABILIDADES DELEGADAS, con plazos no superiores a 2 años que requerirán superar una moción de confianza de manera anual.
7.- DISOCIACIÓN entre responsabilidades en el partido y representación política en las instituciones. También entre las facultades de gestión y las facultades de control.
8.- COMISIÓN DE CUMPLIMIENTO DE ESTATUTOS: órgano independiente encargado de velar por el respeto de las normas internas de organización y funcionamiento que actúe de oficio o a requerimiento de parte.
9.- SABER PROGRAMAR Y FIJAR OBJETIVOS con mentalidad empresarial de eficiencia.
10.- APLICAR UN SISTEMA DE RESPONSABILIDAD POR RESULTADOS.
Y posiblemente unas pocas más que dejo para quienes deseen seguir aportándolas u reelaborando las citadas y que han sido sólo esbozadas. Todo con PARTIPACIÓN y LIBERTAD aplicando Generosidad, Respeto y Responsabilidad por parte de todos.
Y lo primero que necesitamos para todo eso es GENERAR CONFIANZA porque todos y cada uno de nosotros estamos bastante “heridos” por nuestra experiencias previas. La confianza en los superiores y el apoyo de éstos a los de abajo, es la fuente de la que emana la EFICACIA. Es necesaria CONFIANZA para a partir de ella, generar la ILUSIÓN de pertenecer a algo que hemos creado nosotros mismos entre TODOS.
Y para eso, la MOTIVACIÓN de la gente es fundamental y hay que incentivarla dándoles capacidad de PARTICIPAR y de ELEGIR.
No olvidemos que el ÉXITO de las organizaciones no depende tanto de los SISTEMAS sino de las PERSONAS. Las organizaciones tienen éxito porque unas personas dotadas de las habilidades y el carácter necesarios ocupan puestos críticos de responsabilidad en el momento adecuado.
Los líderes eficaces son los que son capaces de llevar a cabo la tarea sin destruir a la gente de su equipo ni a la de ningún otro. Todos tenemos que ser líderes en nuestras respectivas parcelas, porque al final, el liderazgo ha de ser del CONJUNTO, de la idea, del PROYECTO, del Movimiento.
Uno de los ejemplos de supervivencia por adaptación es el de la humilde hormiga. Las hormigas existen desde hace 250 millones de años sin haber cambiado prácticamente en nada, ¿Sabéis por qué? HACEN BIEN LAS COSAS ESENCIALES. En otras palabras, tienen una estructura organizativa no compleja basada en el liderazgo individual y en un personal muy formado y motivado. Además, tienen una estrategia eficaz para cubrir sus necesidades físicas basado en la búsqueda constante y a bajo coste. Por último, son maestras de la programación y la ejecución.
Cualquier organización puede hacer lo mismo, aplicando similares técnicas. Parece una perogrullada pero, insisto, hay que saber hacer bien las cosas esenciales.
Ya sé que esto que os cuento os puede parecer utópico. Pero a mi modo de ver es la única manera y de alguna forma hay que empezar.
Como dicen los chinos: “Un viaje de mil leguas siempre empieza con un primer paso”.
En eso estamos.
Perdonadme la extensión.
Juan Perán. http://movimientodemocratico.es