El otoño del alarmista
Empezó Judith Curry, preguntándose como podían recuperar los alarmistas la confianza del público [-->]. Con lo que la mosquita muerta (© Viejecita) fue la primera en admitir, desde la ciencia "oficial / consensuada", un cambio en la percepción pública sobre la discusión del clima. Algo innegable. Pero también fue la primera en situar el problema en la perspectiva equivocada: la confianza. Nada más claro que el título de su artículo:
Y nada más claro que la contundente respuesta que recibió por parte del científico aficionado y bloguero Willis Essenbach: Y por parte de compañeros científicos, como Luboš Motl -primer proponente de la Matrix String Theory, o Craig Loehle [-->].Las discusiones deberían servir para algo si uno pretende mantenerse en un mundo medio racional, como se espera de un científico. Y la doctora Curry lo había demostrado de sobra hasta ahora, participando muy constructivamente en las discusiones de la blogosfera. Así que cualquiera puede sacar conclusiones de la falta de réplica de Judith Curry, tanto a los comentarios a su artículo sobre la recuperación de la confianza, como al artículo respuesta de Essenbach en el mismo WUWT. Lo conclusión inevitable de que el argumento de la confianza, cuando se trata de ciencia, no tiene gran recorrido. Basados en la confianza, hubiéramos seguido a Lord Kelvin cuando aseguraba que una máquina más pesada que el aire nunca llegaría a volar, o que las ondas de radio no tenían ninguna posibilidad práctica.
Pero es que no hay más, y en ese sentido Curry fue la más lista al verlo primero. Con la confianza pública deshaciéndose como un azucarillo, hay algo que se está haciendo mal. Y, o es lo que haces -que no es de confianza (explicación racional), o es que no lo cuentas bien (explicación de niños). Y alternativamente cabe la explicación de politicos y jetas en general: una campaña de denigración, que es como explica ZP la economía española, y Garzón sus causas judiciales por trivaricación.
Y ahora es George Monbiot, gran maestre alarmista de la prensa internacional, quien desde su columna del Guardian se agarra al mismo clavo ardiente:
Con una argumentación que tiene un núcleo muy breve, muy claro, y completamente imbécil:Scientific specialisation is now so extreme that even people studying neighbouring subjects within the same discipline can no longer understand each other. The detail of modern science is incomprehensible to almost everyone, which means that we have to take what scientists say on trust. Yet science tells us to trust nothing, to believe only what can be demonstrated. This contradiction is fatal to public confidence.No fastidies, George, que tú eres inteligente. La idea de que la gravedad sea una consecuencia de la curvatura espacio-tiempo no está al alcance de cualquiera. Pero saber que daba cuenta de las particularidades del periehlio de Mercurio ya era un toque suficiente de atención. Y cuando se comprueba que un rayo de luz (de una estrella) se desvía notablemente al pasar junto al sol (en un eclipse), tienes lo que comunmente se llama una demostración. Especialmente eficaz, puesto que se trata de una predicción de algo completamente imprevisto. Y ya no necesitas entender los intríngulis de las fórmulas de Einstein para aceptar que esas fórmulas funcionan.La especialización científica es tan extrema ahora, que ni los que estudian materias cercanas se pueden entender entre sí. Los detalles de la ciencia moderna son incomprensibles para casi todo el mundo, lo que implica que tenemos que aceptar lo que digan los científicos por confianza. Y sin embargo la ciencia nos dice que no debemos “creer” nada, sino solo aceptar lo que puede ser demostrado. Esta contradicción es fatal para la confianza pública.
La climatología es una ciencia especialmente inmadura -en el sentido de su capacidad predictiva. Y no va por el buen camino. ¿Cuantas décadas hace que no aumenta el número de días para los que una predicción meteorológica es fiable? Hace 30 años te podías fiar para unos 3, y raras veces hasta 5 días. Y seguimos exactamente igual. Solo han afinado mejor en esos tres primeros días, pero no han mejorado la longitud de la predicción. Y cuando Trenberth dice que no pueden dar cuenta de donde a ido ha parar el calor -que no está haciendo subir las temperaturas [–>], es completamente racional pensar que no saben lo que pasa. Y no hacerles ni caso.
Eso es justamente lo que ocurre. Que la gente está dejando de hacerles caso. Pero no es un problema de que no sepan explicarse, ni de una campaña en contra -como si no estuviera la mayor parte de la prensa a su favor, sino de que no ponen encima de la mesa elementos como para merecer confianza. Y aun peor, que se están forrando a poner elementos que obligan a tener la mayor de las desconfianzas. Hide the decline, las mentiras del IPCC, el control y sesgo de la literatura científica, el fraude en estudios supuestamente punteros [–>], y todos esos detalles que nos ha proporcionado el Climategate. Que, conviene recordarlo, solo han corroborado lo que los escépticos llevaban tanto tiempo diciendo.
Ahora tienen dos opciones. Pueden seguir insistiendo en que se trata de un problema de comunicación, o pueden intentar comportarse como científicos de verdad, y asumir las incertidumbres normales de una ciencia que no es capaz de mostrar predicciones que se cumplen. Este invierno, además del Climategate, lo llevan especialmente mal en cuestión de clima [–>].
Y sobre todo, podrían dejar de intentar pretender algo tan estúpido en este caso como que “the science is settled”.
La viñeta viene de WUWT (clic). Traducción:
Señora (Judith Curry): - ¡Se ha acabado el tiempo, chicos! La marea está cambiando ... y, ¿no es eso una tormenta que viene hacia aquí?
Señor canoso (Phil Jones): - ¡Man, este es un modelo impresionante!
Señor calvo (Michael Mann): - ... y también sólido como una roca
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Añadido / extra:
Hablando de Lubos Motl y de lo perdidos que están los alarmistas:
Efectivamente, es una buena muestra de la paradoja de la "especialización" que plantea George Monbiot. Pero no es tanto que solo los superespecialistas entienden esa ciencia concreta, sino que solo ellos se han encerrado en ese círculo argumental vicioso. Y no es que sean tontos, sino que como dijo aquél ... es imposible convencer a alguien, si su sueldo depende de no ser convencido.