Lanas y telas: se las van a meter los nazis por donde les quepan.
Entre nazis, imbéciles, asnos, sociópatas, tribunales constitucionales de la cara dura, y bobos solemnes que se creen que los bobos solemnes son los demás, nos hemos cargado el invento. Ya no hay curso racional que se pueda seguir. No hay discusión, argumento, ley o método que valgan. Solo hay el sálvese quien pueda, poner hasta donde quepa a resguardo la faltriquera, y darse al derecho al pataleo.
Yo ya he decido lo que nunca pensé que iba a llegar a decidir -me parecía mal. Como no puedo hacer nada, puedo divertirme. Por ejemplo mirar con lupa el origen de lo que compro, y a quién compro. Y a la que huela mínimamente a nazi, elegir otro proveedor / producto.
No voy a conseguir nada, pero comprar va a ser mucho más interesante a partir de ahora. Y si es mucha gente la que lo acaba haciendo, y pagan justos por pecadores, siempre tendrán los supuestos justos el recurso de esconder sus orígenes, cambiando el nombre de sus empresas y etiquetas. Con lo que no vamos a arreglar el invento, pero sí conseguiríamos cierta justicia para doña Feliciana -justicia que su propio país no le da. Que a otros les pase lo mismo que le pasa a ella.
Y además, ¡que diablos! ¿No es aburridísimo ir a comprarse una camisa, vino, o una lata de aceite? Pues se acabó la tortura; a partir de ahora va a resultar de lo más interesante. ¡Lástima que hoy sea fiesta!
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Nos remite Luis Bouza-Brey:
Hola amigos, os mando un artículo ajeno y comentario propio sobre el etnocidio nacionalista que acabo de pueblicar en mi web http://www.lbouza.net.
OTRA CATALANA ESTUDIA RECURRIR ANTE EL TC LA IMPOSICIÓN LINGÜÍSTICA DE CATALUÑA
Informe de Guillermo Moratinos, Madrid, en “El Imparcial” del 1-4-10Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web
Con un muy breve comentario al final:
ETNOCIDIO
CON ALEVOSÍA Y A PLENA LUZ DEL DÍA
Luis Bouza-Brey, (3-4-10, 9:30)“No puede ser que te multen por hablar el idioma de tu país”. Con esta afirmación, Feliciana Piris ha denunciado que fue multada en febrero de 2009, tras haber cambiado los letreros principales de su negocio al catalán, por mantener cuatro carteles menores en castellano. A la espera de la resolución de los dos recursos que Piris impuso, esta catalana natural de Cardona se plantea seguir el ejemplo de Manuel Nevot y recurrir ante el Tribunal Constitucional.
Si el caso de Manuel Nevot llamó la atención hace unos días al interponer un recurso ante el Tribunal Constitucional por ser multado por no cambiar los rótulos de su inmobiliaria al catalán, hay muchos otros muy parecidos que nos dejan asombrados y que han aumentado en los últimos meses.
Feliciana Piris es la dueña de la mercería Blau Marí que tuvo que cambiar el nombre de su negocio (Azul Marino) al catalán tras la instauración de la imposición lingüística que la Generalitat catalana ha llevado a cabo en los últimos años.
Tras los dos recursos interpuestos y a la espera de su resolución, Piris ha explicado a EL IMPARCIAL que aboga por presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional una vez que se resuelvan, ya que “una cosa es cobrar el dinero de las multas y otra, quitarnos derechos”.
La comerciante se siente perseguida en pleno siglo XXI y alude a que si más de 500 millones de personas hablan castellano en todo el mundo, hay que defenderlo. “No puede ser que te multen por hablar el idioma de tu país”, ha considerado Piris.
Hace unos años, la dueña de la mercería prefirió cambiar el idioma del nombre de su negocio para evitar problemas. Sin embargo, éstos llegaron. En febrero de 2009, Piris recibió la inesperada visita de una inspectora de la Oficina de Consumo. Esta señora le recriminó que no podía mantener en castellano el sufijo “lanas y telas, etc.” del cartel principal y que no estaba permitido tener en el interior de la tienda los carteles de 15 centímetros en los que se podía leer “prohibido fumar”, “los hilos no se cambian” y “ofertas de retales a cinco euros”.
La inspectora, que estuvo haciendo fotos sin pedir permiso, impuso a Piris una multa de 1.200 euros que la comerciante se negó a firmar. “No me negué a cambiar el rótulo, pero no voy a pagar nada porque el letrero lo puse hace 22 años y estoy en mi país”, alude Piris cuando recuerda el suceso.
Además, Feliciana Piris ha explicado que la inspectora la amenazó con que “en dos meses irían a ver los cambios y, si no había ninguno, le pondrían una ‘buena’ multa”, con lo que no les quedó otra que tapar parte del letrero principal y quitar los carteles que estaban dentro en castellano.
“El 80 por ciento de mis clientes habla en castellano, muchos son emigrantes andaluces, gallegos, etc.”, ha comentado la comerciante, que asegura que “en los comercios la clientela te habla como sea, sin problemas”.
Sin embargo, con el paso de los meses la historia se fue complicando aún más. La sanción que tenía que haber recibido antes del verano llegó el 4 de agosto de 2009, con el establecimiento cerrado y con Felicidad Piris en plena baja de un año por una enfermedad.
La sorpresa fue al abrir la multa. En el interior se aludía a que un vecino la había denunciado en 2008. “No es verdad, nadie te denuncia por hablar en castellano”, ha comentado Piris, que ha acusado a la asociación independentista Catalunya Acció, liderada por Santiago Espot, de ser la responsable de estas denuncias ciudadanas.
No son de extrañar las palabras de Feliciana Piris, después de las declaraciones de Espot en febrero de 2010 en Canal Català TV, en las que reconocía que su asociación había puesto “3.000 denuncias haciendo uso de un derecho que nos confiere la ley”.
Aún así, mientras la Administración catalana sigue con su cruzada contra el castellano, muchos otros negocios de inmigrantes continúan con sus letreros en euskera, chino, inglés o árabe.
La dueña de Blau Marí ha dicho que en su barrio hay más miedo que antes a las multas. “Ahora hay más presión y la gente está cambiando los letreros de sus negocios, además, hay miedo en el barrio porque nadie quiere meterse en procesos judiciales, que cuestan dinero”, ha considerado Piris.
Además, la comerciante ha explicado a este diario que conoce a “un montón de gente que ha pagado hasta 3.200 euros de multas”, ya que en Cataluña “el castellano es como una lengua extranjera y estoy segura de que esto no es legal”.
Por último, Feliciana Piris ha comentado que tendrá que cerrar su negocio una vez que se incorpore tras su enfermedad. “Con un año de baja, con los impuestos y con las multas, voy a tener que cerrar” pero “me voy a dedicar totalmente a esta causa porque debe ser ilegal que estando en mi país tenga que hablar la lengua que quieran otros, es el colmo”.
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Muy breve comentario final (de LBB):
ETNOCIDIO
CON ALEVOSÍA Y A PLENA LUZ DEL DÍA
Luis Bouza-Brey, (3-4-10, 9:30)Lo peculiar de esta democracia bananera en que moramos es que se cometen las mayores aberraciones sin que nadie mueva ni una ceja. Y el espacio étnico catalán es una buena muestra de aberraciones consumadas con alevosía y a plena luz. No otra cosa es, si no, la política lingüística seguida por estas tierras, por la cual se prohíbe el uso del idioma oficial del Estado, se diseñan instituciones con criterios étnicos excluyentes en plena Unión Europea, se aplasta el pluralismo étnico de la sociedad y se viola el pacto constitucional del 78 que establecía una democracia basada en la libertad y el pluralismo.
Pero esta política de hechos consumados no es paralizada por la mayoría parlamentaria y el Gobierno, chantajeados por minorías anacrónicas y antidemocráticas, ni tampoco bloqueada por el poder judicial ni la jurisdicción constitucional, ni la Fiscalía del Estado, que hacen oídos sordos y cierran los ojos ante lo que constituye una violación flagrante de los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, la Constitución y la dignidad democrática de los españoles.
El diccionario de María Moliner define el ETNOCIDIO como “Exterminio de un grupo étnico”, que en este caso se realiza de manera taimada y sin muertes físicas, aunque sí jurídicas, y que resulta de la degeneración de los grupos nacionalistas catalanes desde un nacionalismo cívico a otro étnico y antipatriótico que pretende extirpar el pluralismo de Cataluña mediante la violación de la Constitución, y el Estado de Derecho. Pero los que ostentan el poder y aspiran a ello no se mueven a fin de no poner en peligro su dominación. La consecuencia es que la democracia española se está transformando a plena luz en una aberración etnonacionalista repugnante para cualquier demócrata con un mínimo de conciencia y dignidad. Por ese camino no hay salida.