No con mi dinero. Objeción fiscal.
Rafa Brancas
El otro día, en un largo debate sobre ‘arqueología cognitiva’, reflexionábamos sobre el proceso de creación de ideas (y sobre muchas cosas más...). Os voy a contar cómo ha nacido una idea.
Se me ha ocurrido hace 30 minutos, tumbado al sol frente al palacio Euskalduna. La pista me la dio Octavio. En Facebok. Se preguntaba por qué tenemos que acatar la sentencia, si los políticos, por ejemplo Artur Mas, con mando en plaza, proclaman que no lo va a hacer.
Pensé ‘¿y qué remedio queda, qué otra cosa vamos a hacer?’...
Luego pensé en las evidentes diferencias con la sociedad norteamericana (ya sabéis, Laden, etc...), y no sé por qué, me acordé de cómo Elliot Ness y sus intocables combatieron a la mafia de Capone atizándole en un inesperado punto sensible: la contabilidad fraudulenta.
Y luego vino la idea. No, no es lo que parece. Bildu va a ser financiada con el dinero del estado, pero no se trata de fiscalizar las cuentas de Bildu. Se trata de que ése dinero es nuestro, pagado voluntariamente con nuestros impuestos. Voluntariamente, voluntariamente...y aquí nació el invento.
Vamos a financiarlo ‘obligatoriamente’. Si la declaración sale a ingresar (me dá igual el concepto: RENTA, IVA, SOCIEDADES...), iremos, como corderitos al matadero ó judíos en Mathaussen, a ingresar la pasta en la ventanilla de la sucursal. Luego la administración se encargará del reparto (tantos concejales, tantos votos...unos 10 millones, a ojo de buen cubero, para Bildu). De una cuenta a otra... acabará en efectivo, en una bolsa de deportes, en el piso de un comando, ó en un zulo. Ó en la cuenta de sus abogados (desde Goiricelaya hasta Currin). Y tienes que ingresarlo ó te caerá una multa y una inspección. El Tribunal Constitucional nos ha convertido en cómplices de terrorismo.
Pero hay un matiz: ¿por qué ingresarlo todo? ¿Por qué ingresar la parte correspondiente al terrorismo? ¿Qué pasa si centenares de miles de contribuyentes dejamos de ingresar ésa parte, por ejemplo: 30 ó 50 €? Ahora mismo no sé cuál es la mejor fórmula para realizar el casi-ingreso. Pero está claro que el estado no tiene capacidad para recaudar ese número ingente de pequeñas cantidades. Ni siquiera Rubalcaba.Y qué hacemos con el dinero que no ingresamos? Se me ocurren dos opciones: 1) en nuestro bolsillo está mejor (y fomenta el ahorro), ó 2) se ingresa en alguna cuenta para financiar las actividades de las asociaciones de víctimas.
Y todo ello como una campaña, sacándoles el DEDO:
NO CON MI DINERO