Un experto en la materia a cambio de un propagandista "de los nuestros", o Morenés por Chacón.

Sale hoy la noticia de un nombramiento que no debería de ser de muchísima relevancia, pero que alguna prensa destaca, probablemente por simbólico de la diferencia de gobiernos. Por ejemplo El Confidencial:

• El Gobierno ‘remilitariza’ el modelo de enseñanza impuesto por Chacón en Defensa

Confieso que he leído la noticia porque no entendía el titular. ¿Remilitariza? ¿Acaso la ministra bombo había privatizado la enseñanza militar? No, una vez dentro te enteras de que se trata de profesionalizar, o desfanatizar, o desokupar los engranajes del estado. Un militar con experiencia en el mando de tropas, y con experiencia en enseñanza militar, entra en la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar del Ministerio de Defensa. A cambio de un ex subdelegado del Gobierno en Madrid, ex secretario general técnico del Ministerio de Vivienda, y que durante 13 años trabajó para el presidente Felipe González en el Ministerio de Relaciones con las Cortes y en el de Presidencia. También es catedrático de Derecho Constitucional, materia imprescindible a la hora del reclutamiento y la enseñanza de militares. Uno "de los nuestros", claramente. Cuya preocupación principal consiste en que nos enteremos de una vez de lo democrática y esencialmente buena que era la izquierda de la República, a juzgar por el libro que le dio tiempo a escribir mientras se encargaba, al menos teóricamente, de la Dirección General.

• 25 militares de la República. “Nos vuelven a decir ahora las mismas mentiras del franquismo”

Donde ...

Aunque es verdad que en el Ejército republicano hubo una represión que desde el punto de vista de hoy en día nos repugna, esa no fue la represión sistemática y fría del bando golpista.

Y lógicamente García Fernández tomó sobre sus hombros la responsabilidad de enseñarnos que, aunque hoy una figura como la de Carrillo podría repugnar, visto con perspectiva histórica hablamos de un ser angelical, involuntariamente inmerso en los engranajes de un conflicto en el que los malos eran, esencialmente, los otros. Una operación marcadamente similar a la que están llevando a cabo los etarras, con no poca ayuda de los sociatas, que lloran emocionados. Se puede resumir así: no me preguntes qué hice, solo interesa de qué bando era.

Tampoco es tan raro. Tienes un gobierno Zapatero, en el que los méritos principales para ser ministro son, por este orden: ser joven; mujer; ignorante; sin experiencia; y sectario. Y los méritos principales para el ministerio de defensa son: estar embarazada, ser antimilitarista y cagarse en la puta España. ¿Cuál puedes esperar que sea la figura ideal para reclutamiento y enseñanza en el ejército? ¿Alguien que sabe de  reclutamiento y enseñanza militar, o alguien que escribe libros de propaganda republicana sobre la Guerra Civil? Yo no lo dudaría. Resolver la Guerra Civil tiene que ser, por definición, el asunto principal de un gobierno de España. ¿Por qué otro motivo íbamos a haber elegido a Zapatero, con su cohorte de alegres modelos?

Da la impresión de que es un poco difícil protestar, a estas alturas. Salvo que el sentido de quemar las calles sea pedir que nos devuelvan a nuestras encantadoras modelitos. Porque nos permiten soñar que, ruina o no ruina, van a ganar los buenos.

Si se trata de eso, de ganar, no dinero, sino una guerra que no queremos olvidar, ¡ánimo Garzón! El futuro es tuyo. Y la guerra que nunca se acaba, nuestro dramático destino.