Etno maníacos
Sale de una chorrada demasiado obvia.
Donde se resalta la diferencia entre ver y descubrir. Un australopiteco puede ver una rama perfectamente derecha, de un tamaño muy adecuado, sin descubrir en ella una lanza.Ane protesta [→]:
y acaso Cristóbal Colón y todas las personas que lo acompañaron sí eran conscientes de haber encontrado un nuevo continente? Porque si llamaron indios a los habitantes de aquellas tierras es simple y llanamente porque creyeron haber llegado a la India. En aquel final del siglo XV se creía que nuestro planeta era más pequeño que lo que en realidad es. Y si el continente americano no hubiese estado en medio del viaje hacia la India que querían hacer Colón y todos sus acompañantes, muy probablemente hubiesen muerto porque sólo hubiese habido un océano entre Europa e India. Un tremendo océano de una anchura igual a la mitad de la circunferencia terrestre como mínimo
Hola, Ane.Colón creía que nuestro planeta era más pequeño que la realidad. No lo creía ninguno de los sabios de Salamanca que consultaron los reyes. Ni ninguno del resto de Europa, por supuesto. Desde Eratóstenes, y después Marco Polo, tenían la medida bastante bien tomada.
Y Colón nunca confesó ser consciente de que se trataba de un nuevo continente. Por terquedad. Pero los que le acompañaron se dieron cuenta bastante rápido. Por eso uno es descubrimiento, y el otro una anécdota de remoto interés académico. Salvo para “etno maníacos”.
Te contaré un secreto. Lo que distingue lo “etnico” (por ejemplo un arrantzale), de lo no étnico (por ejemplo un marino o aventurero vasco entre los descubridores españoles), es que lo del primero ni es parte ni pasa a la corriente general de la cultura, y lo del segundo, sí. Más fácil: el violín no tiene nada de “etnico”; la chalaparta, lo tiene todo. Marginalidad, localidad, identitismo, rareza, y nula utilidad o interés para los demás.
Por ejemplo, la espatadantza o la sardana son completamente étnicas. El flamenco, o la rumba, ni de broma:
http://www.youtube.com/watch?v=DV8PUG4vjeo
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Yo creo que esta escena de la película Zindagi Na Milegi Dobara te puede dar una idea del asunto. Si el flamenco fuera un baile / música muy identitario, o sea propio y exclusivo de una ““etnia” apartada de la corriente general de la cultura, difícilmente se integraría con tanta suavidad en una producción de Bollywood. Ni les interesaría a tantos musicólogos japoneses, o USA. Ni a tantos colgados del jazz. Etc.
También te puede dar otra pista. En la escena tienes gente que proviene de mundos diferentes, que tienen idiomas diferentes (español, hindi), y un idioma común llamado música y baile. ¿Cuál de los dos sistemas de comunicación crees que es el más relevante, y en el que se fija y nota el espectador? ¿El que los distingue, o el que los une? ¿Crees que a alguien le importa, o siquiera se fija, en qué coño de idioma habla el instrumento musical llamado voz?
Pues ese es justamente el problema para entenderse con etno maníacos. Que hablamos idiomas diferentes. Pero idiomas mentales diferentes. Al etno maníaco, la cualidad “étnica” de, por ejemplo, la espatadantza, la sardana, o un idioma que no entiende ni Dios, le produce un subidón. A los que no tenemos esa manía, nos produce entre desinterés, pereza, y depresión.
Eso no debería de convertirse necesariamente en un “conflicto”. Y los asesinatos, mejor dejar aparte. No debería pasar de ser uno más entre los innumerables incordios que tiene la vida en sociedad. Un desacuerdo, y cada loco con su tablón. Pero si el etno maníaco cree que puede imponer su manía a los demás, entonces sí es un conflicto. Incluso antes de que empieze a asesinar.
Confieso que como vuestra manía me produce depre, no espero que lo entiendas. Solo espero -o intento conseguir- que dejes de dar por saco. Que se traduce así: tus manías, te las quedas para ti.