¿Y si Hollande o Rajoy quieren un Nobel? El octavo pasajero
La Mierda Nobel de la Paz ha sentado un precedente que se presta a una política ficción de lo más jugosa. No sé, uno puede imaginar a Hollande en horas bajas y sin salida política. Como deprimido. Y a un Rajoy entre eternamente en funciones, y eternamente mayoría insuficiente. No ya sin ideas -que no ha tenido nunca- sino sin caminos. Cuando de repente unos campeones tienen en Noruega la ocurrencia del siglo. Premiar con el Nobel de la Paz la elevación del terrorismo a interlocutor y agente político de primer nivel.
Lo han hecho con otras palabras, pero eso es lo que han hecho. Hasta ahora, siempre que habían concedido el premio con motivo de un acuerdo de paz, o fin de una lucha armada, lo habían concedido o a ambos bandos en liza, o a terceros que no estaban en la discordia pero colaboraban a su arreglo.
A ambos bandos en liza:
- 1973 Kissinger y Lê Ðức Thọ, por fin de la guerra de Vietnam.
- 1978 Mohamed Al Sadat y Menahem Begin por la paz entre Egipto e Irsael
- 1993 Nelson Mandela y Frederik De Klerk, fin del "appartheid".
- 1994 Arafat, Rabin, Peres por esfuerzos de paz en Oriente Medio.
- 1996 Carlos Felipe Ximenes y José Ramos-Horta por la paz en Timor Oriental
- 1998 John Hume y David Trimble, paz en Irlanda del Norte.
- 1906 Rooslvelt (USA) por la guerra ruso japonesa.
- 1936 Carlos Saavedra (Argentina) por el conflicto Paraguay - Bolivia.
- 1957 Lesler Bowles Pearson (Canadá) por el conflicto de Suez.
- 1987 Oscar Arias (Costa Rica) por el acuerdo de Guatemala.
¿Y qué tiene que ver esto con Hollande y Rajoy? A huevo. En España ya hemos hecho todo un carrerón en la lavandería del terrorismo. Sólo falta Francia. Y tal vez con un caramelo adecuado …
Hay que disimular la pinta del octavo pasajero. Legitimarlo, pero sin premio Nobel.
Que, al estilo de Santos en Colombia, podría ser para Hollande y otro. Una vez establecido el invento …