Novedades sobre aerosoles (menos alarma climática)
Desde la lista semanal de Judith Curry con novedades en la literatura del “cambio climático”, un nuevo estudio muy interesante sobre el efecto de los aerosoles (partículas suspendidas en el aire). Y es muy interesante porque son mediciones, una especie de experimento natural; no especulaciones con modelos tuneados.
Demos antes un repaso a la importancia de los aerosoles en la discusión. La teoría que manejan dice que el clima, vaya, la temperatura, responde de forma pasiva y lineal a unos efectos que llaman forzamientos. Tanto forzamiento total dará tanto cambio de temperatura. Calentamiento. Global. Acojonante. Y la única discusión que queda, dicen, es calcular el asunto. Cuantificarlo. Cuánto calentamiento por cada unidad de forzamiento. (Eso implica que no hay variabilidad interna, no forzada; pero esa es otra discusión).
Para resolver el problema tienen un cambio de temperatura más o menos conocido (desde 1880 por ejemplo), y sólo necesitan conocer los forzamientos de ese período para poder cuantificar su efecto. La diferencia es que si para el mismo cambio de temperatura tienes mucho forzamiento, o poco forzamiento, el clima será muy sensible, o muy poco sensible a los forzamientos. Y el futuro pende de ese hilo. Las emisiones de gases invernadero son uno de esos forzamientos, y calentarán más o menos dependiendo que el clima sea más o menos sensible.
Con gran diferencia, los dos forzamientos principales que contemplan son los gases invernadero (esencialmente el CO2) y los aerosoles. Pero tienen efecto opuesto; los gases invernadero calientan, y los aerosoles enfrían. O sea, se restan para calcular el forzamiento total. El problema es que el forzamiento de los aerosoles es muy desconocido (hasta ahora) y lo ponen más o menos a capón. Y cuanto menos forzamiento sean los aerosoles, menos se le resta a la suma, y mayor será el forzamiento total.
Pero cuanto más forzamiento total haya para el mismo calentamiento medido, menos efecto tiene; menor será la sensibilidad climática. Esto es, cualquier avance en el estudio de los aerosoles que indique un menor forzamiento de lo que se pensaba, implica que la sensibilidad climática es menor de lo que se pensaba. Indica que el CO2 calienta menos de lo que se pensaba.
Y eso es justamente lo que dice este nuevo estudio que vemos hoy. Malavelle et al 2017 en Nature. Que por otra parte confirma otros estudios recientes como el de Bjorn Stevens. Sobre este estudio nuevo comenta Stevens, también en Nature:
Vamos a ver cómo se traduce esto de cara al futuro achicharramiento. Los estudios recientes sobre “sensiblidad climática” realizados con mediciones son muy distintos que los que salen de los modelos. No tienen por que ser reales, porque asumen los forzamientos del IPCC, y su idea de una falta de variabilidad interna (no forzada). Es teoría alarmista pura, y es “consenso”. Pero dentro del mismo paradigma alarmista hay gran diferencia entre la evidencia empírica (observaciones) y la “evidencia” teórica (modelos).
Estos cálculos del gráfico están hechos con la idea antigua del forzamiento que representan los aerosoles. Sin estas mediciones recientes que se van confirmando. A los chicos del clima no les interesa mucho ver cómo cambian los cálculos al cambiar el forzamiento de los aerosoles. Saben que la alarma se rebaja. Pero Nic Lewis, que viene de fuera, sí rehizo su Lewis 2013 con los forzamientos rebajados de los aerosoles que ahora se van confirmando aplastantemente.
No puedo representar el cambio que supone en los otros estudios porque no tengo sus cifras. Pero del de Lewis sí, y será parecido para todos. A ver si se entiende el gráfico que he puesto arriba, y repito aquí. Representa el cálculo de esa “sensibilidad climática” (lo que calienta el CO2, o cualquier forzamiento). ECS, por sus siglas en inglés (equilibrium climate sensibility). Se representa su rango más probable, con el 66% de probabilidad. El rango 17-83%.
Naranja los modelos; azul el cálculo de Lewis con observaciones, pero con el forzamiento antiguo exagerado de los aerosoles; y el verde es Lewis con el nuevo forzamiento de los aerosoles. Se sale del todo del rango de los modelos climáticos.
El efecto es reducir sobre todo la parte alta del rango; el calentamiento que podría imaginarse preocupante.
En forma de PDFs queda así, según Nic Lewis:
Vamos a añadirle un detalle guapo.
Supongo que se entiende. Cada vez que te cuentan terrores del tipo de en -el año 2050 las olas de calor harán que las moscas vuelen boca abajo y sudando- se han basado en que la sensibilidad del clima es la de la flecha roja. Que a los cálculos de Lewis, con observaciones y no con modelos, le sale con una probabilidad perfectamente despreciable. Los cuentos usan esa porque en ¡los modelos! es la más probable. Pero ni siquiera el IPCC en 2013 se atrevió a dar esa, ni ninguna otra, como la ECS más probable (en 2007 lo hacía), porque hay “desacuerdo entra las distintas líneas de evidencia”. Siendo"evidencia" los modelos tanto como las observaciones.
Esta es la historia de los aerosoles y el Calentamient Global Acojonante. Que se puede resumir: Menos lobos, Caperucita.
–
Fuentes
Nature:
Nature: Nic Lewis sobre el cambio de los aerosoles: IPCC sobre el "desacuerdo entre las distintas líneas de evidencia": No best estimate for equilibrium climate sensitivity can now be given because of a lack of agreement on values across assessed lines of evidence and studies. AgradecimientosJudith Curry: