Encuestas y referendums en Cataluña
La encuesta de hoy (o de ayer) en La Vanguardia creo que es la más favorable a los “botiflers” de las que han salido. O la más desfavorable para los separatas. Si dividimos los resultados en esos términos, queda así.
Como perspectiva se puede comparar con el resultado de las últimas autonómicas. Las que eran “refrendarias” para los separatas.
Si el resultado fuera como el de la encuesta de La Vanguardia, sería un pequeño retroceso para el secesionismo - desde una posición que ya era insuficiente para sus intereses. Eso de la voluntat d’un poble. Pero por otra parte es claro que Podemos sería un caballo de troya enorme si se mira el asunto desde el punto de vista de la “guerra étnica”. Y sale lo mismo en las demás encuestas que se han visto.
Nota: Lo de La Vanguardia sólo suma un 96,2%, y eso da un margen incómodo.
Miremos lo de la “guerra étnica”, que no tiene ninguna pinta de ser un fantasía.
Siendo Podemos la llave, conviene contar con lo que les interesa. No parece algo muy polémico; lo han dicho y hecho hasta la saciedad. Necesitan (1) montar la bronca para desestabilizar el sistema; y (2) acabar con el PSOE como referente de izquierda, o al menos caparlo lo suficiente como para convertirlo en su perrito faldero.
¿Cómo se consiguen esos objetivos siendo la llave? Con la batalla que saben que pueden ganar. No nos dejan votar. Imagina que impulsen otro butifarréndum desde el nuevo parlamento. Lo tienen de calle, y nadie va a mandar porras contra urnas esta vez. ¿Y qué podrían hacer los “botiflers” en una situación así? Es una jugada en la que hay que pensar.
Señores del “no es legal”, pensemos un poco. ¿Que motivo puede haber para prohibir un referéndum? En el fondo sólo cabe pensar que uno se sentiría obligado por el resultado, y por eso no quiere que ocurra. ¡Pero eso es justamente darles la razón a los separatas!
Esto cada vez se parece más a la situación de Canadá. Allí el referéndum no estaba prohibido. Nunca se les pasó por la cabeza tal posibilidad. Aquí, la expriencia nos acaba de demostrar que la prohibición no funciona. Ahora sabemos que lo pueden hacer, y que ni siquiera podremos intentar impedirlo parcialmente. Y sólo queda elegir entre un butifarréndum a la brava, organizado por los anti-sistema, o un referéndum a la canadiense, cuyo único resultado conocido fue quitar las ganas de referéndum a los separatas. La duda es si estamos a tiempo. Probablemente sí, pero probablemente no queda mucho.
Recordatorio:
--Fuentes
La Vanguardia (encuesta):
La Vanguardia (autonómicas 2015)